Economia

Nace el gendarme mundial de la banca

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Los líderes mundiales han coincidido en señalar que la crisis afecta ya a todo el mundo y que la salida ordenada de esta situación sólo se producirá si actúan juntos y en la misma dirección. «Una crisis global requiere una solución global», apunta la resolución final, en la que se han establecido acuerdos que afectan no sólo a los países desarrollados sino también a los más pobres. Estos son los principales acuerdos adoptados.

Declaración de objetivos

Los acuerdos persiguen restaurar la confianza, estimular el crecimiento y crear empleo. Para ello se considera prioritario «reparar» el sistema financiero para que recupere su liderazgo; reformular la regulación financiera y reconsiderar también el papel de las instituciones multilaterales -Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, bancos de desarrollo, etc-, así como estimular el comercio internacional y luchar contra el proteccionismo.

Inyección de fondos

El pacto contempla la movilización de 1,1 billón de dólares -en torno a 817.000 millones de euros- para ayudar en la «restauración del crédito», el apoyo al crecimiento y la creación de empleo. La mayor parte de estos recursos irán destinados a países en vías de desarrollo. De esta cantidad, la mitad se inyectará en el FMI; una cuarta parte en liquidez adicional para el sistema financiero mundial; 250.000 millones de dólares en la estimulación del comercio y 100.000 más para mejorar los recursos de los bancos multilaterales de desarrollo. Incluso, el texto prevé la venta de reservas de oro del FMI para ayudar a los países más pobres.

Saneamiento de la banca

Una de las principales conclusiones de la cumbre es que nada funcionará hasta que se recupere la confianza en el sistema financiero internacional y comience a fluir el dinero con normalidad. Para ello, se comprometen a «proporcionar liquidez, recapitalizar las instituciones financieras y reconducir de forma decidida los problemas de desequilibrio patrimonial», con lo que se da un espaldarazo oficial a la intervención de entidades.

Supervisión mundial

Quizá el acuerdo más trascendente es la fundación del FSB, siglas en inglés del Comité de Establidad Financiera, en el que estará presente España que, en colaboración con el FMI, será el encargado de «detectar y advertir sobre los riesgos macroeconómicos y financieros y de recomendar las actuaciones para reconducirlos. Nace así una especie de gendarme mundial del sistema bancario. El primer informe de este nuevo organismo será presentado en noviembre, en el transcurso de una reunión de ministros de Economía en Escocia.

Transparencia financiera

Hay consenso en la necesidad de endurecer la regulación y supervisión del mercado financiero y también la de establecer medidas de cobertura -España ha sido el ejemplo a seguir- para que los tiempos de bonanza ayuden a hacer 'hucha' destinada a los momentos de crisis. Hay una referencia concreta a la necesidad de poner límites a los 'hedge funds' de alto riesgo y también en la adopción de medidas en contra de los países que sostengan paraísos fiscales. «La era del secreto bancario -proclama de forma solemne el acuerdo- ha terminado». También existe un compromiso para revisar las normas contables, en especial en lo que hace referencia a la valoración de los activos.

Evitar el proteccionismo

Hay una llamada también a evitar acciones de proteccionismo comercial y de forma explícita a no recurrir a devaluaciones artificiales de monedas. Como hilo conductor del pacto se extiende la idea de que las acciones deben ser coordinadas y mundiales.