HOMBRE CLAVE. Braulio Medel, primero por la derecha, durante la reunión que Zapatero celebró con los banqueros en octubre. / EFE
Economia

Las cajas de ahorro superan el corsé territorial gracias a la afinidad política

Conveniencia económica e influencia común allanan la integración de Caja Castilla-La Mancha y Unicaja

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Afinidad política y necesidad económica, juntas, obran milagros. Todo apunta a que esta confluencia hará saltar el corsé que la ley de órganos rectores supone para la fusión entre cajas de ahorros de diferentes comunidades. Por eso, mientras naufragan o embarrancan los planes de concentración en el País Vasco y Castilla y León, avanzan a velocidad de crucero los de integración, mediante absorción, de la manchega Caja de Castilla-La Mancha en la malagueña Unicaja.

Juntas se alzarían al sexto puesto entre estas entidades de ahorro, con activos por encima de los 60.000 millones de euros. Puesto que Unicaja no renuncia a sumar a alguna otra entidad andaluza -posiblemente la sevillana Cajasol- el proyecto puede ser germen de una caja de respetable tamaño con fuerte implantación en el sur y el sureste de la península.

La Caja de Castilla-La Mancha es una de las más tocadas por la crisis del ladrillo. La calidad crediticia de su deuda ha caído a mínimos: la agencia Fitch la acaba de colocar en un nivel BB+, un penúltimo escalón próximo al del bono especulativo. También tiene una morosidad disparada -4,57% a junio de 2008, cuando el promedio del subsector se quedó en el 3,6% a finales de año- y una fuerte concentración de negocio en el segmento más deprimido de la actividad. Por tamaño y por estructura de su balance, no puede echar mano de sus ganancias o su cartera de participadas para pasar la travesía del desierto.

De necesidad, virtud

Las autoridades económicas y financieras piensan que la fusión de CCM con una entidad mucho mejor posicionada diluirá los problemas. No es cuestión de pensar en las grandes. No está Caja Madrid para otra cosa que no sea la resolución de su propia crisis, y la extensa red de La Caixa resta interés a una expansión en estos tiempos de parón económico. La integración de Caja Castilla-La Mancha en Unicaja -con calificación A+ según Fitch, y A1 para Moody's, lo que equivale a la segunda mejor puntuación en este grupo de entidades- presenta la ventaja añadida de que un mismo partido político, el PSOE, gobierna en ambas comunidades.

En CCM los planes no entusiasman, pero se trata de evitar males mayores. Los representantes del PP anunciaron su dimisión, que no todos llevaron a efecto, y ahora plantean una oposición más matizada. El presidente, Juan Ignacio Hernández Moltó, someterá al consejo de administración la próxima semana el permiso para «emprender los trabajos· previos a un proceso de integración.

El consejo de Unicaja ya ha autorizado iniciar el camino hacia un matrimonio con CCM, aunque el 'sí' definitivo está condicionado. Su presidente, Braulio Medel, mantiene una excelente relación con el Gobierno -fue invitado, el pasado octubre, a la reunión de los banqueros con Zapatero, por delante de otras entidades de mayor tamaño- y quiere sacar el mayor partido posible a la operación. Por eso se están buscando fórmulas que mejoren el punto de partida de la caja manchega, como la segregación de activos de mala calidad o fallidos.

Fondo de Garantía

Para su cobertura, cabe el recurso al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) de las cajas de ahorros. Permanece intacto desde su constitución y atesora unos 5.000 millones de euros, aportados por las propias entidades. La ley establece que, además de asegurar a los ahorradores la recuperación de sus depósitos, el FGD sirva para sanear entidades financieras con problemas de capital y ayude a resolver crisis bancarias. Al que dotan los bancos se acudió para sacar a flote a Banesto, tras su intervención en 1993. El vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, considera positiva la «tradición histórica» de utilizar los fondos de garantía para reforzar a las entidades cuando surgen dificultades.

La caja resultante se beneficiará después de la aplicación de economías de escala. Ésas que tanto gustan al gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, al permitir reducir costes en servicios centrales y tecnología, racionalizar redes y mejorar la eficiencia. Por eso, Fernández Ordóñez viene predicando desde hace meses las bondades de las fusiones bancarias para el sistema financiero.