El mazazo
Ya no recuerdo ni de qué había pensando escribir hoy. Tal vez de la gala de los Goya, y de lo cutre que resulta que intentemos imitar sin demasiado éxito al hermano mayor Oscar; o del Pachecogate, que ya salpica a todos los que tuvieron algún día sus excelentísimas posaderas en el sillón de la Alcaldía de Jerez; o del mal tiempo, tornados incluidos en mis tierras malagueñas, que ya empieza a ser cansino y que me deprime con tanta sucesión de días fríos, grises y lluviosos.
Actualizado: GuardarSea lo que fuera que me rondaba por la cabeza pasó a un segundo plano ayer cuando se publicaron los nuevos datos del paro y, de nuevo, volví a sentir que el suelo que pisaba ya no es tan sólido; y empecé a descubrir a mi alrededor muchas miradas angustiadas; y sólo escuché promesas vacías y un optimismo injustificado y más que alejado de la realidad de nuestros gobernantes.
Casi 26.000 parados contabiliza ya esta ciudad en la que mes a mes se agiganta la distancia que separa a la mayoría de los jerezanos en edad de trabajar de la posibilidad de tener una vida digna y un empleo que dé seguridad a sus familias.
Y lo peor no es que no haya ni un sector económico que se libre de la debacle, que los desempleados tengan que hacer cola ante las oficinas del SAE para presentar sus papeles y poder cobrar el paro, que muchos de los que no tienen trabajo lleven un año en esta situación, que en muchos hogares de Jerez ya no entre ni un euro porque la prestación y la ayuda familiar se han agotado o que según dicen los sindicatos aún no se ha tocado techo. Lo peor es que, pese al mazazo, los políticos siguen diciendo cada mes las mismas sandeces de siempre.
