TRIBUNA LIBRE

Mataron al Drago de Puerta Tierra

El 23 de noviembre de 2007 publiqué un artículo en LA VOZ, titulado Drago de Puerta Tierra, que en realidad era un lamento por la desaparición de este hermoso árbol (aunque siguiera en pie, ya estaba muerto), símbolo vivo de la ciudad. Digo hermoso, porque era el más bello de los dragos que hubo en Cádiz y, precisamente por ello, sirvió de modelo para los Premios Drago de nuestro Ateneo. Además, situado estratégicamente delante de las Puertas de Tierra, parecía dar la bienvenida a nuestros visitantes.

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El Ayuntamiento de Cádiz, a través de varios de sus portavoces, se aprestó a negar lo evidente, alegando que el drago estaba vivo pero que «tenía hongos» y -como buenos gestores que son- le estaban aplicando un tratamiento. Entonces levantaron el césped, descubrieron las podridas raíces, aplicaron un tratamiento contra los hongos

Sin embargo, ya era tarde, porque en la ignorancia, la incultura y el desprecio supino que muestra este Ayuntamiento por el valioso legado botánico que tiene en sus manos, tanto la Alcaldesa -empeñada en el césped a toda costa- como su Concejala de Parques y Jardines vinieron rechazando los consejos de los técnicos que advertían de que regar el césped plantado junto al drago podía perjudicar a este ejemplar singular. El césped (inglés) casa mal con los dragos, que son de terreno seco. Pero es que este dichoso césped, que rodeaba el drago, se ha venido regando en verano con tres riegos diarios de 40 minutos de duración, por instrucciones directas de la Alcaldía. De locura. ¿Será verdad que querían acabar con él porque ese fue el lugar elegido en primer lugar para colocar la dichosa jaula-pájaro? Pues, si es así, este Ayuntamiento arboricida se ha salido con la suya. Y además ha hecho carambola, llevándose por delante el ficus y el drago. ¿Dos por uno! Cuanta ignorancia. Qué pena.

Tratan a los seres vivos como si fuesen objetos, que se pueden remendar y parchear a nuestro antojo, porque ni entienden de plantas, ni les interesan, ni llegan a comprender que si les encharcan permanentemente las raíces, estas se pudren y el árbol muere (si no es una especie propia de pantanos). Luego, no hay remedio, por muchos técnicos que traigan de Málaga y por más que intenten remediar en unos días lo que han destrozado a lo largo de años. Dicen que en Cádiz había cinco dragos, presuntamente milenarios, de los que solo queda el del Callejón del Tinte. Los demás fueron borrados del mapa, en menos de cincuenta años por Ayuntamientos tan incompetentes como este.

Durante estos días pasados, en vísperas de Navidad (cuando la gente está demasiado ocupada para responder y el drago ya está descortezado, aunque siga en pie, y hasta las lavanderas blancas dejaron de posarse en él), emitieron una nota de prensa diciendo que hicieron todo lo posible por salvar el drago, pero que estaba enfermo, que no tenía remedio, que no habían reparado en medios, pero que los tratamientos no habían tenido éxito Y que el drago está muerto. ¿Pero pueden quedar así las cosas?

Porque es imperdonable que se repita la misma historia del Drago -decían que milenario- de San José, muerto a causa del riego del césped que se le colocó alrededor.

Estos dragos pertenecían a Cádiz, desde muchos antes que naciera el más anciano de los gaditanos ¿Dónde están los ciudadanos para pedir responsabilidades? ¿Dónde los partidos políticos? ¿Hasta dónde va a llegar este Ayuntamiento en su desprecio por el hermoso patrimonio botánico que ha sido puesto en sus manos, y que tiene el deber de preservar para las generaciones venideras?

Desde estas líneas pido responsabilidades políticas por la muerte (más bien asesinato) del Drago de Puerta Tierra.

Y me lamento al pensar en qué manos estamos.