En carne propia

l elección del profesor universitario Juan Neira, agredido el 2 de agosto pasado cuando intentaba socorrer a una mujer golpeada por su pareja, para dirigir el Consejo Asesor del Observatorio de la Violencia de Género de la comunidad de Madrid supone un reconocimiento a su ejemplar actitud y al respaldo social que concitó la misma. Un reconocimiento que se suma a otras muchas distinciones de las que ha sido objeto durante el tiempo que ha permanecido convaleciente y que valora su gesto como una muestra inequívoca de su compromiso cívico contra la violencia machista. No obstante, cabe cuestionar que el momento elegido por las autoridades madrileñas haya sido el más apropiado para que Neira pueda evaluar los pormenores y exigencias de su nueva responsabilidad. Porque si hay algo que demuestra el loable comportamiento del profesor es que si éste resulta tan excepcional es por las fallas existentes todavía en la sensibilización ciudadana contra una lacra tan mortífera.