Un único deseo

Seguro que después de la última campanada, alguno de ustedes le pidió al nuevo año el ascenso del Xerez Deportivo. Con algo de oro en la copita de cava miraron al cielo para intentar que la próxima Nochevieja Chapín fuera de una vez por todas un estadio de Primera. Cuando un equipo consigue matemáticamente salir del infierno de Segunda, lo primero que se le pasa por la cabeza es «la temporada que viene ya no tenemos que jugar en Eibar». Que no se me enfade ningún seguidor eibarrés, pero su equipo es el principal exponente de una categoría en la que si te estancas, mueres.

Pues bien, curiosidades del destino, la primera piedra para cumplir este sueño hay que ponerla en Ipurúa. Como diría un buen amigo mio, eso son señales. Espero y deseo que cuando dentro de una vuelta el equipo armero visite Jerez, la clasificación en la Liga Adelante esté, por lo menos, igual que a día de hoy.

En la España del siglo XXI, si no tienes equipo en Primera, no sales en el mapa. Yo creo que este año es el bueno. Porque nadie contaba con el Xerez. Porque a excepción del Zaragoza, el resto de equipos no son mejores.Porque Salamanca y Hércules, por poner dos ejemplos, no tienen tanta ilusión por jugar en la élite. Porque parece que hay entrenador para rato. Porque Antoñito ya sabe lo que es celebrar un ascenso y quiere repetir con una copa de fino en la mano. Porque hay que teñir de ázul y palmas el cuarto anfiteatro del Bernabéu. Porque San Mamés, la catedral de nuestro fútbol, no puede derruirse sin recibr al Xerez Deportivo en Primera. Porque a veces, los sueños, para que se cumplan, hay que soñarlos más de seis décadas.