COMPARECENCIA. El presidente, durante su intervención. / AP
ESPAÑA

Zapatero augura que 2009 será difícil porque lo peor de la crisis está por llegar

El presidente entierra cualquier posibilidad de diálogo con ETA y promete luchar para conseguir la derrota operativa de la banda

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José Luis Rodríguez Zapatero ya da por hecho que la crisis económica será su compañera de viaje esta legislatura. El presidente del Gobierno aprovechó ayer su tradicional comparecencia de fin de año para lanzar un mensaje de cautela. «2009 va a ser un año difícil», anunció. Según sus cálculos, el Ejecutivo tendrá que entregarse a fondo para sacar al país adelante durante los próximos tres años; las peores consecuencias de la crisis aún están por llegar y al menos quedan seis meses de destrucción de empleo.

La crudeza del diagnóstico contrasta con el habitual optimismo del líder socialista, que echó mano de la poesía para transmitir confianza. «La tempestad es fuerte, pero a diferencia de otros momentos ahora tenemos un barco sólido que conoce su rumbo», garantizó. Un prolijo resumen de todas las medidas puestas en marcha para inyectar liquidez en el mercado y estimular el empleo le sirvieron para ilustrar su afirmación. Y también una promesa de la que no ha dejado de hacer bandera para evitar perder terreno electoral frente al adversario: «No responderemos con recortes sociales». El presidente del Gobierno se comprometió a que nadie que pierda su trabajo, con mención especial del sector de la construcción, quedará «abandonado a su suerte».

El último dato oficial sobre empleo, del 17 de diciembre, recoge la eliminación de 164.000 puestos de trabajo respecto al mismo trimestre del año anterior. Lo más que pudo manifestar Zapatero es su «esperanza razonable» en que a partir del próximo semestre ese «proceso negativo comience a frenarse y se abra un horizonte distinto».

Inversiones

El Gobierno destinará el próximo año 33.000 millones de euros a la inversión en obra pública. El jefe del Ejecutivo no quiso pronosticar en qué medida servirá a la creación o preservación de puestos de trabajo, salvo en el caso de los 8.000 millones destinados al fondo para entidades locales, para los que hizo un cálculo a la baja. Si al presentar la propuesta en el Congreso habló de unos 300.000 puestos de trabajo, ahora lo dejó en 220.000 entre directos e indirectos.

La economía centró la mayor parte de la larga intervención de más de hora y media del presidente en el Palacio de La Moncloa, pero también se refirió a otros muchos asuntos en los que el Gobierno centra su actividad:

Terrorismo. Zapatero fue más claro y contundente que nunca sobre sus intenciones. No volverá a buscar un diálogo con ETA. «Ha desperdiciado tres oportunidades para terminar con el terrorismo. Ya no habrá más», prometió. Su balance de 2008, año en el que se han propinado importantes golpes policiales la banda, fue escueto y poco triunfal, pero tajante: «ETA aún puede matar, y eso es grave y doloroso, pero ya no puede hacer más que asesinar vilmente; uno tras otro, sus miembros seguirán el mismo destino que los dirigentes encarcelados en los últimos meses». Afirmó que los terroristas ya han sido vencidos política y socialmente, y prometió trabajar para que además lo sean «operativamente».

Financiación autonómica. La propuesta definitiva del Gobierno puede estar lista antes del día 31. Si antes del verano Felipe González o Manuel Chaves le recomendaron aparcar el asunto hasta un mejor momento económico, Zapatero, obligado por el compromiso adquirido en el Estatuto de Cataluña, defendió que la aprobación del nuevo sistema contribuirá a la lucha contra crisis porque permitirá a las comunidades autónomas disponer de mayor margen financiero.

Defensa. Zapatero no prevé aumentar el número de efectivos militares destacados en la misión de Afganistán. «Nuestro compromiso está muy medido», dijo frente una eventual petición de Barack Obama. Sí se enviarán más soldados a Somalia para proteger a los buques de los ataques piratas.

'Vuelos de la CIA'. El presidente negó cualquier pasividad cómplice con los traslados de presos a la cárcel de Guantánamo, de dudosa legalidad. Se escudó en que nadie ha pedido a su Gobierno que se haga cargo de alguno de los detenidos en la prisión estadounidense en suelo cubano, que Obama tiene intención de desmantelar, pero advirtió que el asunto plantea «dificultades legales».

Extranjería. En 2008 entraron en España de forma ilegal 5.000 inmigrantes menos que en el año anterior, y en los centros de internamiento hay sólo 180 personas, frente a los más de 10.000 de 2006.