La Junta de Andalucía carga contra los juguetes sexistas

Hubo un tiempo que había juguetes de niños y de niñas y la Junta de Andalucía se ha propuesto ponerle fecha de caducidad. Algunos de los regalos que condena el Observatorio Andaluz de la Publicidad no Sexista son la muñeca Nancy «por fijar estándares de belleza femenina como sinónimo de éxito» o el muñeco Baby Born que «aleja a las mujeres de espacios profesionales prestigiados socialmente y les asigna roles de limpieza, cuidados y alimentación familiar». La coordinadora del Centro Provincial del Instituto Andaluz de la Mujer en Cádiz, Dolores Virués presentó ayer la campaña cdel juego no sexista y no violento 2009 dirigida a escolares, profesores y padres. El proyecto se propone un análisis crítico de la publicidad proponiendo una mirada de «gafas de género».

«A los juguetes les ponemos sexo y fomentamos así los estereotipos y los valores tradicionales», dice Virués, que cargó contra los anuncios de muñecas en los que aparece «la niña encerrada en su círculo de amiguitas con la única preocupación de cuidar de su bebé y de la limpieza». Según la responsable de la campaña, ha de terminar, entre otras, «la imagen de la madre cuidadora que nada tiene que ver con la mujer nueva que ocupa nuevos espacios en la sociedad». Virués apuesta porque «no se eduque a las niñas en la sumisión y la abnegación», sino en la imagen de «la mujer que puede llegar a ser», ya que hasta ahora «no se les ha educado para ser independientes, sino para estar casadas, ennoviadas o a la espera del príncipe azul. Y el príncipe azul no existe», dijo.

La campaña consiste en el reparto de varios materiales entre los que se encuentra una guía didáctica y un cuaderno de actividades dirigidos al profesorado y las familias. Entre guías, calendarios y carteles se pondrán en circulación 27.000 objetos con un presupuesto de 108.000 euros.

Análisis de la publicidad

Virués hizo un análisis de los datos del Observatorio de la Publicidad no Sexista. El 65% de las denuncias de anuncios correspondieron al primer punto del decálogo que condena «promover modelos que consoliden pautas tradicionalmente fijadas para cada uno de los géneros», un 7% más que en 2006.