EL MUÑIDOR

Formación

Al solicitar sobre este aspecto de nuestra vida religiosa la opinión de cualquier católico, no digo ya comprometido con el mundo de las hermandades, sino simplemente responsable, seguro que estará de acuerdo no solo con su importancia, sino con el hecho fundamental que ello supone en la práctica de nuestra Fe.

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Paradójicamente cuando entramos en la dinámica del compromiso y la exigencia del cumplimiento de una obligación de cara a este capítulo de nuestra vida cristiana, es cuando empiezan a surgir las dificultades, las reticencias e incluso las diferencias en la forma, el momento, el modo, etc, etc.

Partiendo del hecho de su necesidad, entiendo que lo primero que no tenemos claros los católicos son los fundamentos de nuestra Fe, algo que a fuerza de ser tan repetido como el Credo, ha dejado de tener la trascendencia de lo que públicamente manifestamos cuando lo confesamos. De hecho, estoy seguro que muchos católicos incluso desconocen que al protestar públicamente el Credo, estamos manifestando nuestros compromisos de Fe.

Pero además, tenemos que saber que en los momentos actuales, no basta con la repetición machacona y reiterada del mismo como una antigua cantinela escolar, la sociedad de hoy nos demanda una justificación casi técnica del porqué de lo que decimos y creemos, ahí es donde entra de manera imprescindible la formación, pues esta es el único medio de que disponemos para justificar ante el no creyente nuestras convicciones.

Esto exige por tanto un compromiso de aprendizaje, pero también una capacidad de enseñanza. El colectivo es tan diverso, que los encargados de la formación han de estar también capacitados para saber dirigirse a los diferentes auditorios al objeto de no aburrir con simplezas, a unos, o con discusiones ininteligibles a otros. Ello no es fácil.

Añadamos a esto, la cada vez más imperiosa necesidad de ir completando los aspectos puramente teológicos, digamos filosófico-teóricos, con una perspectiva moderna ante el planteamientos de los problemas actuales; las relaciones de pareja ante y matrimoniales, la sexualidad, la moral social en el trabajo o en la vida pública, los planteamientos éticos ante las posibilidades de las nuevas tecnologías, ante la evolución de la medicina, las costumbres sociales, juveniles y un largo etc.

En resumidas cuentas, un sinfín de posibilidades que se abren en abanico ante el futuro de la vida moderna, frente a las que se tiene que posicionar la Iglesia con explicaciones fundadas en la doctrina de su Fe, pero que hay que saber hacer llegar a todos sus componentes de forma adecuada a su grado de cualificación, lo que exige una especialización de los formadores nada desdeñable.

Por tanto, habría que plantearse si cuenta la Iglesia con los formadores que necesita. No me cabe duda de que en el ámbito global de la misma seguro que sí, pero del mismo modo, en el de la Iglesia local, particular, estoy convencido de que hay muchas carencias.

En mi opinión, esta claro que no hay clero suficiente para ello, y además, la complejidad de los asuntos a tratar es tal, que aunque se quisiera, es imposible con la sola formación teológica abordar todas las cuestiones planteables. Si esto es así, ¿porqué no se recurre a laicos comprometidos, especialistas en las diferentes disciplinas a debate?, pues entiendo que quizás en el fondo porque la jerarquía no termina de confiar plenamente en el compromiso de los mismos y en la seguridad de sus opiniones de acuerdo a su doctrina.

Pienso, que tampoco está descaminada del todo, me consta que cuando hablo con muchos católicos incluso comprometidos, la fidelidad a la doctrina o hace aguas o incluso brilla por su ausencia.

Pero de lo que no cabe duda, es que hay que dinamizar la formación del católico, hay que huir de las charlas tipo sermón, y acercar la formación al día a día, hay que formar a los formadores, hay que dar contenido a cursos prematrimoniales, preparaciones de confirmación, grupos juveniles, catequesis de diversa índole, y para ello hay que contar con los laicos, seleccionados quizás, pero es lo que nos va quedando.