BROMAS. El técnico alemán sigue haciendo amigos. / EFE
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Schuster vuelve a sonreír pero juega 'al ataque' contra Víctor Muñoz y Casillas

Después de sobrevivir al borde del precipicio, dos victorias consecutivas, ante Recre y Bate Borisov, han cambiado la imagen de Bernd Schuster, que ayer estuvo más amable, locuaz y sonriente que en anteriores comparecencias, aunque mantuvo su habitual ironía y se mostró hiriente con Víctor Muñoz y con Casillas. Al técnico del Getafe se le ocurrió reconocer públicamente que «el Madrid no está jugando bien» y se encontró con la respuesta poco elegante de Schuster: «Aquí le damos el micrófono a todo el mundo. No importa si es feo, guapo, alto o bajo. No pasa nada. Hay que aceptarlo». A Casillas también le soltó Schuster un sorprendente dardo envenenado. «Ya sólo nos falta alguna parada brillante de Iker para recuperar lo que éramos y encajar menos goles», manifestó el entrenador alemán, sin que le preguntasen por el portero.

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Schuster empañó su conciliadora conferencia de prensa con sus ataques a Víctor Muñoz y a Casillas. Bromeó sobre algunos asuntos polémicos, como el de las primas de Ramón Calderón a la plantilla, pero le sobraron esas declaraciones que no ayudan a la reconciliación con su colega en el banquillo getafense y que apuntan a Casillas como uno de los culpables de la crisis blanca.

El entrenador alemán habló además de Casillas cuando el equipo lleva dos partidos seguidos sin encajar ningún gol. «Últimamente, cada tiro del rival casi era gol, pero ahora, como ocurrió frente al Recreativo en la primera ocasión que tuvo, en vez de entrar, se fue arriba de la portería», recordó.

No cree Schuster que la prima de 120.000 euros por cabeza prometida por el presidente por ganar siete partidos haya sido decisiva: «Una prima no anima tanto a un jugador. El problema está en otro sitio. Estos chicos no van a ganar cinco o seis partidos por la prima, sino por hacer cosas fundamentales que nos llevan a ganar los encuentros». Cuando se le preguntó si él también está incluido en el premio económico, recurrió a una de sus típicas gracias: «En la comida yo estaba un poco lejos, o en el servicio. No me he enterado. Me he enterado por vosotros».