Soldados británicos interceptan en el golfo de Adén un barco pirata somalí. / AFP
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Rusia moviliza su armada contra la piratería en Somalia

Los países del mar Rojo tratan de unificar estrategias ante la situación

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El comandante en jefe de la Marina rusa, el almirante Vladímir Visotski, anunció ayer que patrullarán permanentemente con sus navíos la costa de Somalia. «Así lo exige la situación que se ha creado en la zona del Cuerno de África y del golfo de Adén, en donde se ha incrementado considerablemente la actividad de los piratas», declaró Visotski.

Desde finales de octubre, patrulla la costa de Somalia el navío guardacostas ruso 'Neustrashimi' (Intrépido). «Después de ese barco enviaremos buques de otras unidades de nuestra flota», afirmó Visotski sin especificar si irán una a una, como relevo, o en mayor número para reforzar el dispositivo desplegado en la región junto con barcos de otras nacionalidades. El almirante ruso explicó que las aguas del Índico están siendo patrulladas también por fuerzas navales de países como Corea del Norte, EE UU, España, India y Reino Unido. Rusia participará también en la operación militar conjunta que se iniciará el próximo 8 de diciembre en ese sector del océano.

El 'Neustrashimi' ha tenido ya su bautizo de fuego. Primero, la semana pasada, cuando, en compañía de la fragata británica 'Cumberland' impidió que el carguero danés 'Powerful' cayera en manos de los piratas. El pasado domingo, el navío ruso logró también poner en fuga a los salteadores marinos cuando intentaban apoderarse del barco saudí 'Rabih'. El 'Neustrashimi', construido en 1993 en los astilleros de Kaliningrado, pertenece a la Flota del Báltico. Tiene casi 130 metros de eslora y una tripulación de 210 marineros. Está armado con misiles X-35, de un alcance de hasta 130 kilómetros, de cañones antiaéreos 'Kinzhal' y seis torpedos. Lleva a bordo un helicóptero Ka-27.

La gravedad de la situación ha llevado a los países árabes que comparten la salida al mar Rojo a unificar estrategias frente a la piratería y minimizar el impacto de los secuestros en sus rutas comerciales. Arabia Saudí, Egipto, Jordania, Yemen y Sudán consideran que la piratería es consecuencia de la situación en Somalia.