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El acusado de abusar de una deficiente alega que no le dio la droga que la mató

El vecino de Puerto Real, al que se le pide una pena de 29 años de cárcel, afirma que no conocía el retraso mental de la fallecida y que ella ya consumía droga La familia afirma que la «mentalidad infantil» la hacía «fácilmente manipulable»

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Tan trágicas y duras fueron ayer las declaraciones ante el juez de la Audiencia Provincial, como trágicos y duros fueron los delitos que se le atribuyen Rafael A. G., vecino de Puerto Real y de 42 años de edad, al que se le acusa de abusar sexualmente durante seis meses de una deficiente mental, obligarla a drogarse y matarla finalmente con un chute de droga que reaccionó adversamente con una medicina que la víctima tomaba.

Además de él, se sentaba en el banquillo Carmen P. C., ex pareja de Rafael y la persona que le presentó a la víctima, ya que trabajaba como asistenta en la casa familiar de ésta. También a ella se le acusa de un delito de abusos sexuales contra la joven, de cuya deficiencia y candidez supuestamente se aprovechó.

La muerte de la joven se produjo en 2006 en casa del acusado, en la barriada del Río San Pedro de Puerto Real, a la que la fallecida acudía desde hacía seis meses para mantener -según el acusado- una relación. En estas visitas, Rafael, que era politoxicómano, la introdujo en el consumo de la cocaína, siendo él además quien le inyectaba la droga. La tarde del 28 de julio de 2006, después de dos días seguidos de consumo, la dosis de coca mezclada con metadona y heroína resultó mortal, al reaccionar con un tratamiento médico que tomaba la víctima y que supuestamente el acusado conocía. Por todos estos hechos, la Fiscalía pide una pena de 29 años de prisión para Rafael, y de cuatro años y tres meses de cárcel para su ex compañera sentimental.

Rafael, sin embargo, lo negó todo. Rechazó primero haber abusado de la joven, ya que según él ambos estaban «enamorados» y mantenían una relación como novios. Negó también haberle comprado la droga y habérsela inyectado el día de su muerte, aunque quedó demostrado que el chute mortal se realizó en el brazo derecho, siendo ella diestra. El acusado aseguró, además, haberle recomendado que no consumiese droga y que «ella ya la había probado antes».

Por último, negó que en 2006 supiese que la víctima tenía algún tipo de deficiencia mental. Y de hecho, la defensa intentó demostrar que la joven era plenamente responsable de sus actos. Este argumento, sin embargo, fue rebatido una y otra vez por el padre y el hermano de la víctima, que también prestaron declaración ante el juez. Ambos aseguraron que la víctima era «totalmente indefensa» y «fácilmente manipulable», debido al retraso mental que sufría, de la cual «se tuvieron que dar cuenta» los dos acusados.

No sabían de los abusos

El hermano, que es psiquiatra de profesión (aunque declaró como testigo y no como perito), aseguró además que la joven tenía una «mentalidad infantil» y rechazó que hubiese consumido drogas, incluso antes de su muerte.

Aunque reconoció que la joven le había hablado en una ocasión de Rafael y que le aconsejó en contra de mantener una relación con él, rechazó que la familia supiese «que iba a la casa de ese hombre».

mgarcia@lavozdigital.es