Economia

La economía española ya se encuentra al borde de la recesión

El PIB decreció dos décimas en el tercer trimestre por el desplome del ladrillo y el parón del consumo La anterior etapa de retroceso se produjo en 1993

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La recesión ya está a la vuelta de la esquina en España, algo que no ocurría desde hace 15 años. La producción se contrajo dos décimas en el tercer trimestre respecto al segundo, según el Banco de España, por el desplome inmobiliario, el parón del consumo doméstico y el frenazo de las inversiones. Se considera que un país se encuentra en recesión cuando experimenta dos trimestres consecutivos de recorte de su Producto Interior Bruto, y autoridades y analistas creen que nos encontramos en el arranque de un periodo de serias dificultades que se prolongará hasta mediados de 2009, como mínimo.

El negativo dato no es una sorpresa. Desde los servicios de estudios privados se habían anticipado los malos augurios, el conjunto de la zona euro ya mostró un retroceso similar en el segundo trimestre del año y una serie de países -Francia, Alemania, Irlanda- atraviesan situación similar. Hasta el vicepresidente económico, largo tiempo remiso a admitir la crisis, habló de que estábamos «rozando el larguero de la recesión».

En España, la comparación interanual es aún positiva: la autoridad monetaria calcula que el PIB creció de julio a septiembre un 0,9% respecto al mismo periodo de 2007. Esa tasa es apenas la mitad de la que presentaba en el segundo trimestre y viene cayendo a un ritmo galopante desde el 4% que mostraba en el arranque del pasado año. El Instituto Nacional de Estadística dará a conocer el avance del dato de crecimiento económico el próximo 14 de noviembre. Podría haber alguna diferencia respecto a la estimación del Banco de España porque aún faltan datos de las importaciones en septiembre y las dos instituciones parecen diferir en su estimación del consumo. Lo único seguro es que las cifras del INE también mostrarán una contracción del PIB en el tercer trimestre.

La anterior etapa de recesión se localiza en el bienio negro 1992-1993. Los ciudadanos no se percataron al principio, por la euforia que generaron los acontecimientos celebrados -Juegos Olímpicos de Barcelona, la Expo de Sevilla- pero la economía española se vino abajo en la segunda mitad de 1992 y no empezó a levantar cabeza hasta el cuarto trimestre del siguiente año. Por tanto, para encontrar un precedente de retroceso del PIB hay que remontarse a las tres décimas de contracción registradas entre abril y junio de 1993.

El Banco de España justifica las razones de este nuevo descenso de la producción. La demanda interior apenas creció el 0,3% entre julio y septiembre en comparación con la de un año antes, a causa del hundimiento del ladrillo y el parón del consumo. La caída de la actividad de la inversión residencial «se está haciendo más pronunciada a medida que avanza el año».

Exportaciones

Por el contrario, la demanda externa aportó seis décimas al crecimiento. Esta última mejora tiene un fuerte componente cíclico. Cuando las empresas no venden en España se vuelcan en la exportación y las importaciones se reducen en tiempo de vacas flacas a causa de los menores requerimientos industriales de bienes de equipo y productos intermedios. Algo está contribuyendo a las ventas al exterior la depreciación que empezó a registrar el euro el pasado agosto.

Las familias han frenado en seco su consumo -que no llega a crecer el 1% en tasa anual- por la inquietud que les produce el aumento del desempleo, porque se sienten menos ricas y porque han visto cortado el acceso al crédito. Su renta disponible cae por la subida de los precios de bienes y servicios básicos. También está mermando su patrimonio, por la volatilidad de las Bolsas y la aún moderada pérdida de valor de las viviendas, que son su propiedad más importante. En un clima de desconfianza, todos estos factores han amortiguado el efecto de la rebaja del IRPF -el reintegro de los 400 euros- y la actualización de los salarios.