Los servicios funerarios sacan los féretros con los restos mortales del ex guardia civil, de 51 años, y de su mujer, de 41, que fueron encontrados este mediodía con signos de violencia en un cortijo del anejo granadino de Puntalón./ EFE
con signos de violencia

Un ex guardia civil asesina a su esposa en un cortijo de Motril y después se suicida

La investigación tras el hallazgo de los cuerpos determina que la mujer murió desangrada por cuatro cortes mientras el marido, que tenía antecedentes por malos tratos, se suicidó después

MOTRIL Actualizado: Guardar
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El hallazgo de dos cadáveres con signos de violencia en un cortijo de Motril ha terminado siendo un nuevo caso de violencia de género. La investigación ha revelado que el hombre, un ex guardia civil, presuntamente propinó cuatro cortes profundos a su mujer antes de suicidarse, y que ambos murieron desangrados.

Los agentes de la Brigada de la Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía han descartado, tras doce horas de pesquisas, la participación de una tercera persona en el suceso y concluido que se trata con toda probabilidad de un nuevo caso de violencia machista en una pareja en la que la esposa había denunciado al marido por maltrato, han informado fuentes de la investigación.

El padre del ex agente, Antonio H., ha manifestado a los periodistas que un Juzgado de El Ejido, localidad almeriense donde residía la pareja, había decretado una orden de alejamiento contra su hijo tras la denuncia de su nuera y que se separaron temporalmente, pero volvieron a vivir juntos porque "últimamente se llevaban bien". Antonio mantiene la convicción de que su hijo no ha sido capaz de "algo así" ya que, al igual que su nuera, eran personas "maravillosas" que mantenían "la relación de un matrimonio normal".

Lo descubrieron sus padres

Fue Antonio quien, al acudir junto a su mujer al cortijo, encontró la luz encendida y el coche de la pareja en la puerta, por lo que temió que "algo malo había sucedido" y se topó con una imagen "muy desagradable", ya que ambos murieron desangrados. El cadáver de la mujer, Rosario G.R., de 41 años y natural de Láujar (Almería), presenta al menos cuatro cortes de gran profundidad producidos por una herramienta eléctrica en el cuello, un hombro, un brazo y una pierna.

Se cree que esta última herida, la más grande, pudo ocasionarle la muerte a esta mujer, celadora del ambulatorio de la zona norte de El Ejido, que presentaba una cinta aislante atada a los pies. Por las heridas del cuerpo del marido, Manuel H.M., guardia civil jubilado de 51 años con varias bajas por depresión en su historial laboral, se cree que utilizó otro utensilio primero para herirse en el cuello y después en otras partes del cuerpo.

Rosario era la segunda mujer de Manuel, quien actualmente trabajaba como vigilante de seguridad en un supermercado de El Ejido, y tenían tres hijos, todos menores de edad. Ambos pasaron la jornada del lunes en una reunión familiar en el cortijo del Puntalón a la que asistieron buena parte de sus allegados y, aunque por la tarde regresaron a su domicilio en El Ejido, horas después volvieron al lugar, al parecer en busca de un móvil que habían olvidado.