Cultura

El Capullo de Jerez, Remedios Amaya y Farruco, en el Palau de la Música

El Capullo de Jerez y Remedio Amaya, que ya dejaron pequeña la sala grande del Apolo de Madrid hace ahora casi un año, con la calle repleta de gente que se quedó sin poder entrar, vuelven a darse la mano sobre un escenario el próximo 25 de octubre.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Esta vez, los dos cantaores compartirán escena nada menos que en el Palau de la Música Catalana, y añadirán otra guinda a un cartel de auténtico lujo con el arrebatador baile de Farruco. Tres figuras que por sí solas agotan entradas encabezan un espectáculo que se promete tan extenso como intenso, con una parte para cada uno y un último tramo todos juntos.

Su título es Flamencos por derecho, como una declaración de principios. La dirección artística corre a cargo de Hanan Boumenjel y, por si el cartel no fuera suficientemente generoso, añade a un invitado llamado a levantar pasiones que debuta en Barcelona: El Carpeta. Hermano pequeño de Farruquito y Farruco, de tan solo 11 años. Lógicamente, a su edad no ha emprendido todavía una carrera profesional, pero nada le gusta más que subir a un escenario, y, cuando puntualmente lo hace, deja a todo el mundo boquiabierto ante su precoz arte.

El Capullo de Jerez, uno de los escasísimos cantaores payos que enloquecen al público gitano, es en realidad Miguel Flores y nació en 1954, aunque no se consagró públicamente como primera figura hasta hace pocos años. Su dominio del cante no se limita a los palos festeros que tan popular le han hecho, y en sus conciertos da siempre fe de ello. Posee además una presencia escénica de las que no se olvidan.

En el Palau, estará acompañado a la guitarra por Manuel Carrasco, en el cajón por Luis Carrasco y en las palmas y los coros por Mauricio Bermúdez y Jesús Flores.

En cuanto a Remedios Amaya, es probablemente la persona que mejor cante por tangos sobre la faz de la tierra. Tras su naufragio eurovisivo, en 1983, La Camarona reapareció espectacularmente en 1987, y su genial e indómito perfil artístico le ha hecho en los últimos tiempos de nuevo cara de ver.

Por su parte, Farruco, hermano de Farruquito y nieto de Farruco, es un bailaor con clara personalidad y veloz taconeo que, con sólo 20 años, se ha hecho un nombre propio a pesar de haber crecido compartiendo escenarios con los más grandes del baile.