CAMBIO. Desde las murallas de San Carlos hasta el Campo del Sur el suelo por donde circulan los vehículos es de adoquines. / MIGUEL GÓMEZ
CÁDIZ

La remodelación del perímetro del casco antiguo reabre el debate sobre los adoquines

El Ayuntamiento instalará este otoño el cable de alta tensión en el centro El Gobierno de PSOE ya consiguió eliminarlo de la Cuesta de las Calesas

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El Ayuntamiento de Cádiz iniciará en poco tiempo las obras de sustitución del cableado actual por otro de alta tensión en el casco histórico. Una actuación que permitirá colocar una capa de hormigón bajo los adoquines, dándole mayor firmeza a la calzada. Sin embargo, este suelo no podrá ser sustituido por asfalto. La Delegación Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía considera que su sustitución afectaría a zonas de la ciudad con un importante carácter histórico, como las murallas y baluartes y las dos catedrales. Cultura obliga a que los adoquines en mal estado sean sustituidos por nuevos adoquines y no por asfalto. A la vez advierte que en las inmediaciones de edificios con un alto valor artístico no se puede verter asfalto, sino mantener el adoquinado tradicional.

Por este motivo, el proyecto realizado hace más de una década por el equipo de Gobierno de arreglar el viario ha quedado en suspenso y la Delegación municipal de Mantenimiento Urbano sólo tiene permiso para arreglarlo, aunque esta actuación es más costosa y, además, provoca más hundimiento sobre el firme.

Muchos perjuicios

El primer teniente de alcaldesa, José Blas Fernández, comentó que «los adoquines se van abriendo poco a poco debido al paso constante de vehículos, lo que provoca que el agua de lluvia se filtre por las grietas». Éste es uno de los motivos, «además de la mala construcción», apostilló Fernández, de que el aparcamiento subterráneo del Campo del Sur tenga constantemente goteras.

Pero éste no es el único perjuicio que provoca el adoquinado en el perímetro de la ciudad. Quizás, el más importante sea la contaminación acústica que causa el choque de los neumáticos de los coches con los adoquines.

Según un estudio de Medio Ambiente, el sonido puede alcanzar entre los 30 y los 50 decibelios, dependiendo el circulación de cada momento. Para paliar este impacto en la zona, el Ayuntamiento de Cádiz limitó la velocidad por el perímetro a cuarenta kilómetros hora.

Además, la ciudad ya cuenta con un precedente. Durante el Gobierno de Carlos Díaz, del PSOE, y a petición popular, se sustituyeron los adoquines de la cuesta de las Calesas, mejorando la circulación por la zona.

mhuguet@lavozdigital.es