VUELTA DE HOJA

El otro medallero

La competencia entre los españoles que luchan por alcanzar la plusmarca de deudas personales es durísima. Son miles y miles los que se han inscrito involuntariamente en esa Olimpiada. Decía Oscar Wilde, que vivió y murió por encima de sus posibilidades -bebiendo champán del país de origen- que el dinero sólo les resulta necesario a quienes piensan pagar sus deudas. No es del todo exacto. También lo precisan quienes lo han prestado. La inequívoca crisis española ha hecho aumentar la morosidad, palabra que algunos creen que se deriva de pasarlas moradas. Los bancos siempre han sido de piedra, pero el pinchazo inmobiliario les está doliendo. En cuanto a las cajas, que no quieren ser de Pandora, les preocupa las tasas de créditos dudosos, aunque menos que la tasa de créditos en lo que no existe la menor duda acerca de que podrán ser devueltos.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los más pesimistas, que están siendo ahora los dirigentes del PP, ven graves riesgos para el sector, pero lo más optimistas, cuyo turno corresponde al PSOE, aseguran que los actuales niveles de morosidad se mantienen dentro de niveles razonables, exceptuando el grupo de víctimas que han perdido la razón por culpa de sus deudas. Deber dinero es mucho más peligroso para nuestra salud y para la salud de quienes están a nuestro alrededor, que fumar. Conduce al insomnio y le sienta fatal al miocardio, que llega un momento en que no es ni nuestro. Al único que no le preocupa en exceso que la morosidad de las cajas haya subido un 210% es a Solbes. Y es que don Pedro, aprovechando la temporada taurina, se ha convertido en don Tancredo. En el medallero de los tramposos más aventajados figuran muchos constructores. Algunos con una cara más dura que el cemento.