MOZOS. Diego, Gaaly y Jaime, con las botas puestas, echando la mañana en la Plaza.
Jerez

Alrededor de las pescadas

Los mozos del pescado hacen cada día la labor de montaje y desmontaje de los recién estrenados puestos del pescado

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Son los primeros que llegan a la Plaza de Abastos y, en muchas ocasiones, los últimos en irse. Para cuando el pescadero ha llegado a las ocho y media de la mañana, el puesto está preparado con las ricas pescadillas diciendo a los clientes: «Cómeme».

Se trata de los mozos del pescado, esos chicos que se gritan los unos a los otros cuando el Barcelona le ha ganado al Madrid o viceversa. «Son nuestras cosas. Así nos divertimos también un poco que no viene mal», comenta Jaime. Ha llegado Gaaly y coge un sitio en el carro donde se carga la mercancía. Diego hace unos minutos que ha llegado para fumarse un pitillo. «Nuestro trabajo consiste en subir de las cámaras el pescado del día, montar el puesto y estar durante toda la mañana pendiente por si falta algún género. Una vez que ha acabado la venta, nos quedamos para desmontar el puesto, limpiar y, si ha quedado algo, llevarlo a las cámaras de nuevo», narra Jaime, que se erige en portavoz del grupo.

Las botas de agua no faltan porque se está toda la mañana sobre mojado. «Ahora no es mal tiempo para este trabajo, pero el invierno la verdad es que se pasa peor. El frío y la humedad no es lo mejor para este trabajo», prosigue Jaime.

No se creen que alguien se haya podido fijar en ellos para escribir algo en el periódico. Sin embargo, son tan ciudadanos como otros cualquiera. También los mozos del pesado existen.

Por supuesto que la camaradería funciona. «Es un trabajo con su dureza también, aunque no nos quejamos. Lo mejor, sin duda, los sábados. Casi siempre nos reunimos unos cuantos y, cuando acabamos sobre las cuatro de la tarde, nos vamos a coger el fin de semana con mucha fuerza», comenta ahora Diego.

Ellos son imprescindibles, aunque el trabajo que hacen cada día se desarrolla entre bambalinas. Estos ciudadanos que son los mozos del pescado de la Plaza de Abastos se merecían un artículo.