Cartas

José Orihuela, inolvidable pintor

Un injusto manto de olvido se cierne desde hace tiempo sobre uno de los más cualificados pintores contemporáneos: José Orihuela Rodríguez, nacido en Puerto Real en 1931 y bautizado en nuestra Prioral de San Sebastián.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En 1955 tuvo lugar en Santa Cruz de Tenerife una magnífica exposición de sus obras. De esos años es un importante retrato de Su Santidad Juan XXIII. El estilo de Orihuela estaba inserto en el impresionismo, desde la inquietante evolución del maestro que siempre fue.

Nuestro paisano recibió clases del genial Pierre de Matheu en 1958 y en 1961 expuso en Sevilla una selección de pinturas al óleo, destacando de sus 19 cuadros Jerusalén, Montería y Crepúsculo cobre y luna sobre el mar, de varios paisajes gallegos y de otros lares.

Tras una exposición colectiva expuso en solitario en Madrid, Sevilla, Tenerife, Marbella, Torremolinos, Málaga y en la Galería Royale de París. Integrado en el ambiente madrileño, recayeron sobre él innumerables encargos de famosos, a los que José Orihuela, el excelente pintor de Puerto Real retrataba con esmero y falta de tiempo por razones obvias de trabajo.

Entre sus obras figuran retratos de Marisol, Francisco Rabal. Lucía Bosé, Raphael o Sara Montiel. Posteriormente en 1971, en la sala Felipe IV de Madrid, expuso una selección de dibujos y pinturas con señalado éxito.

Natalia Figueroa dijo de él: «Le gustan sobre todo los retratos. Orihuela es un ser lleno de gracia, optimismo, sensibilidad, humanidad y virtudes grandes».

La prematura muerte de José Orihuela en 1975 nos privó de seguir gozando el arte de un pintor excepcional. Merece que una calle de su villa natal, que él amó y donde se inició su genialidad creadora, lleve su nombre.