Ni analógicos, ni digitales

Se calcula que la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín fue vista por cerca de 4.000 millones de telespectadores. Entre ellos no computan aquellos que, pese a contar con un televisor y querer ver a los deportistas españoles, no reciben ningún tipo de señal. Ésta es la situación que se vive en varios pueblos sorianos, que se encuentran en un limbo entre las ondas televisivas analógicas y las digitales.

Desde el pasado 23 de julio la ciudad de Soria y otras 162 localidades de la provincia protagonizan un proyecto piloto del Ministerio de Industria para implantar la Televisión Digital Terrestre (TDT) en toda España. Pese a que la iniciativa ha sido valorada como un éxito por fuentes gubernamentales, varios municipios quedaron fuera del plan piloto y han sufrido lo que ya se puede denominar el apagón total.

«Sin explicaciones»

Al detectar este vacío, los pueblos han sido incluidos y podrán ver en un plazo aún no fijado la TDT. Al menos esa es la información que, desde el citado Ministerio, han recibido. La localidad más afectada es Caracena, un hermoso municipio con grandes vestigios medievales. Ahora, a la falta de cobertura telefónica, se une el vacío televisivo. Es cierto que antes sólo se veían los dos canales públicos y con muy baja calidad, pero ahora ni eso. La TDT presentará una mejoría en el lugar. Eso sí, cuando llegue.

El alcalde de la localidad, Isidro Valverde, recuerda «la sorpresa» que supuso que el día 23 de julio «dejáramos de ver la televisión sin que nadie nos diera información ni explicaciones». Valverde dice que los vecinos se encuentran «indignados, incomunicados e indefensos». Nadie, insiste, les ha dado una solución a su problema, a pesar de que se han puesto en contacto con responsables de la subdelegación del Gobierno en Soria. Su máximo responsable, Germán Andrés, reconocía ayer que el apagón ha afectado a más municipios de los 162 previstos y ha producido «ciertos desajustes».

A diferencia de Caracena, donde nadie puede ver la televisión, en Fresno de Caracena y en Carrascosa de Abajo los pueblos están divididos entre los que ya tienen antenas y los que no. En Fresno, medio centenar de vecinos ya han firmado para reclamar una solución urgente a lo que consideran «una violación de sus derechos». Uno de ellos asegura haber llamado hasta tres veces a un número de teléfono «que aparecía en el ahora inutilizado televisor y no me han dado más que respuestas contradictorias». El vecino insinúa que «el amiguismo» ha presidido «el reparto de los escasos aparatos» en la zona.

El pueblo en cuestión está enclavado en una especie de hondonada «por lo que el aparato típico de la televisión digital terrestre no vale; no podemos hacer nada, ni pagando de nuestro propio bolsillo», asegura.

Al margen de estas tres localidades hay que sumar otras dieciséis más donde ha habido incidencias. Si bien en la mayoría la solución ha llegado con más rapidez.