SATISFECHO. Morales, en su mensaje a la nación. / EFE
MUNDO

Morales y la oposición, condenados a entenderse tras el referéndum

La victoria del presidente y de cuatro gobernadores críticos consagra la bipolarización del país andino

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La lectura de los resultados del referéndum revocatorio de Bolivia es clara: el presidente Evo Morales arrasó y sale reforzado pero también los cuatro prefectos autonomistas de la 'media luna', por lo que el escenario político no cambia. Analistas, Iglesia y observadores internacionales coinciden en que están condenados a entenderse. Sólo el diálogo y la concertación política podrá hacer que se supere la polarización del país andino.

Llevarla a cabo será difícil. La noche del domingo, Morales invitó a la unidad. «Estamos convencidos que es importante unir a los bolivianos, a los diferentes sectores del campo y la ciudad, del oriente y del occidente», dijo durante un discurso de celebración en La Paz.

El presidente expresó su deseo de que «algunos opositores puedan escuchar al pueblo boliviano para que juntos podamos trabajar por la dignidad, la igualdad y la unidad de todos los bolivianos», añadió el presidente.

La fórmula propuesta era aunar «la nueva Constitución política del Estado con los estatutos autonómicos», pero respetando la legalidad. Ésta es manera de decir que los referéndos autonómicos convocados individualmente por los prefectos de Santa Cruz, Tarija, Pando y Beni no tenían el apoyo del Gobierno del país. Pero proponer incluirlos -tendrían que negociar el calado- en la Carta Magna es un paso adelante.

El presidente garantizó a los mandos regionales que respetará la legitimidad ganada en las urnas del revocatorio, pero su lectura de los resultados fue que tenía el respaldo popular a su política de recuperación de los recursos naturales y la nacionalización de las empresas estratégicas del Estado.

Los gobernadores de estos ricos departamentos de la franja oriental del país que concentra el poder económico, exultantes también por su holgada victoria, no escatimaron descalificaciones contra el mandatario indígena.

Victorias y derrotas

Los gobernadores interpretaron las victorias locales como derrotas de Morales y sus aliados -en especial, de quien aseguran que lo financia, el presidente de Venezuela Hugo Chávez- y el triunfo del autonomismo, sin olvidar su decisión de recuperar los fondos de la renta petrolera que el Estado ha dedicado a ayudas sociales. Rubén Costas, prefecto de Santa Cruz y líder de los autonomistas, lo llamó «dictador» y «macaco», y anunció que profundizará la soberanía local para «vivir sin el chicote (látigo) del fundamentalismo aymara».

La crisis se podría azuzar si las dos partes se mantienen en sus trece: Morales convocando un referéndum constitucional sin la participación opositora y los prefectos aplicando los estatutos de las autonomías que no reconoce el Gobierno.

Los analistas consideraron que sería un error presentar a referéndum el proyecto de la nueva Constitución de Morales -aprobada entre violentes disturbios sin la comparecencia de la oposición en Oruro- si antes no se introducen modificaciones que satisfagan a ambas partes. De lo contrario, los ánimos volverían a encenderse.