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La ansiedad de Maribel era EPO

La ciclista huyó de los Juegos horas después de aterrizar y mostrar su nerviosismo ante el control antidopaje al que fue sometida

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Noche cerrada en Pekín. Es el último día de julio, a una semana del inicio de los Juegos. La expedición con las ciclistas españolas llega a la infinita terminal 3 del aeropuerto de Pekín. Espera un autobús, el que lleva a las corredoras a la villa olímpica. Allí, por sorpresa, son recibidas por los controladores de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). Sin deshacer siquiera las maletas. Sorpresa de verdad. Maribel Moreno, la campeona de España, suda. Por el bochorno pequinés y, sobre todo, por lo que ella sabe. Le piden que se idenfique, un trámite. Y se pone histérica. Entra en una crisis nerviosa. Quiere irse. Tiembla al pasar el control. El médico de la selección le atiende. Nueve horas después, Moreno volvió al aeropuerto. Subió a un avión de vuelta. Lloriqueaba. A Barajas primero y a los Pirineos luego. Víctima, oficialmente, de «una crisis de ansiedad». Ayer se supo: la ansiedad era EPO. El peso de la mala conciencia. Vino a por una medalla y se fue con el primer positivo conocido desde que se encendió la llama de 'El Nido'.

La EPO sigue siendo el fármaco de los milagros tramposos. Es detectable desde 2001, pero continúa corriendo por las venas de algunos deportistas. Dicen los fisiólogos que eleva el rendimiento, la capacidad de transporte de oxígeno. A Maribel Moreno, además de eso le dio una «crisis de ansiedad». Los aficionados a la EPO realizan los tratamientos semanas antes de la competición. Calculan. La trampa tiene sus plazos. Recurren a las microdosis y a pequeñas transfusiones para evitar que sus valores sanguíneos fluctúen y levanten sospechas. El control nada más pisar Pekín era inesperado. De madrugada. Demasiado temprano. Y certero.

«Nos pareció raro»

El Comité Olímpico Internacional (COI) comunicó el domingo el caso positivo al comité español. Ya estaba en marcha el contraanálisis. Por procedimiento de urgencia, como establece la normativa de la AMA. El proceso del test requiere casi tres días. Si aparece de nuevo EPO, Maribel Moreno será sancionada con dos años de suspensión. Tiene 27 y es la campeona de España. Sólo si colabora con las autoridades deportivas y cuenta cómo recurrió a ese fármaco y si alguien colaboró con ella, podrá ver reducida su pena. Así lo contemplan los reglamentos de la AMA y también la nueva ley antidopaje española. La 'Operación Puerto' aceleró el trámite de esta normativa, pero apenas ha tenido efecto. No hay confesiones. Los casos positivos de los ciclistas españoles vienen casi siempre de fuera. Del Tour, como Beltrán o Dueñas, o de los Juegos Olímpicos, como ahora el de Maribel Moreno.

«Nos pareció raro que se marchara. Ahora lo entendemos. Podíamos intuir algo, pero no había pruebas», señaló ayer Eugenio Bermúdez, secretario de la Federación española, que la acompañó en el viaje de vuelta. La corredora se había sometido a seis controles en los últimos cinco meses (23 de febrero, 5 de abril, 12 de mayo, 17 y 25 de junio y 18 de julio). Tres de ellos por sorpresa. Los superó sin problemas. Hasta que llegó a Pekín. A la primera, EPO. Igual sucedió en el Tour. Algo pasa con los controles antidopaje en España. O no son tan por sorpresa o no atinan. El caso es que luego caen en Francia o en Pekín.

«Es descorazonador»

«Los tramposos saben cuál es su final. Ella sabrá lo que ha hecho. Es descorazonador», prosiguió Bermúdez. Moreno era la líder de la selección. Un dorsal habitual en el equipo desde cría. La única con opciones de medalla. Y ni corrió. Lo de la ansiedad ya le había sucedido antes. Durante una prueba en Bélgica hace tres años. «Perdió el conocimiento y tuvo que estar un par de días hospitalizada. Pero no había vuelto a pasar», recuerda el secretario de la Federación.

Con Somarriba ya convertida en ama de casa, Moreno suponía el relevo. Fue campeona de Europa en 2003. Y ha alcanzado el quinto puesto en el último Tour femenino. «Me encuentro en un estado de forma excepcional», aseguró antes de partir hacia Pekín. Al llegar le esperaba el control que ha acabado con su carrera. Nacida en Girona y criada en Sabiñánigo (Huesca), la liviana ciclista aragonesa atravesaba un momento de plenitud: disponía de un equipo, el Multicaja, a su servicio, y contaba con el apoyo del Gobierno de Aragón y la dirección de su entrenador personal, el ex ciclista profesional Carlos Hernández. Le llegaba la hora de dar el salto. Al vacío. EPO. Eco en el abismo.