80.000 personas abarrotan la playa de la Victoria para corear las canciones de los 'triunfitos'

No cabía un alfiler. Miles de fans se agolparon en la playa de la Victoria para ver a Soraya y a los participantes de la última edición de Operación Triunfo. Desde Isecotel, siguendo por toda la zona frente al antiguo cementerio y hasta casi Santa María los seguidores de los aprendices de cantantes se afanaron por encontrar el mejor sitio para ver el concierto. El escenario, grandioso. La seguridad, férrea. Los fans, enfervorecidos. Soraya aparece y comienza la locura...

Soraya empieza caldeando el ambiente en la prueba de sonido. Son las 21.45 horas y algunos adolescentes ya tienen la voz ronca de tanto chillar. Más alejados del bullicio de las primeras filas, madres con sus hijos y algunos asiduos a la playa que han decidido retrasar el regreso a casa. La noche es cálida y la música es 'de balde'.

"Llevamos un mes que no pensamos en otra cosa", decía Marta una de las enamoradas del programa. "Hemos llegado a las siete y vamos a pasar aquí todo el día para estar en primera fila", remataba su amiga mientras se pintaban en el rostro el nombre de Pablo, uno de los deseados concursantes. "Yo he venido desde San Fernando", explicaba otro fan. "Y yo de Jerez, me he levantado a las cinco para coger el tren", decía Marta que ya tenía preparada una pancarta enorme en la que se podía leer: "Operación Triunfo 2008, el mejó".

"Virginia viene afónica. Lleva toda la noche haciendo gárgaras", bromeaba Jose al que coreaban las carcajadas de toda su pandilla. Seguidor incondicional de Anabel, no se explicaba como 'la niña azul' había podido ganar el concurso. "A mí me gusta Tania S, ¿sabes si va a venir?", preguntaba otro adolescente que había cogido la primera fila, por el momento, de la valla. "Esperemos que cuando abran no perdamos todos el sitio", decía otro de los jóvenes que desde primera hora pasaban la jornada entre bocadillos, baños, gritos, canciones y mucha espera. "Ahora viene mi madre. Seguro que nos trae más comida".