Gil Silgado y Luis Oliver duerante la rueda de prensa. / PACO MARÍN
Deportes

El acuerdo de Silgado-Oliver, origen del escollo

El 30 de abril del año 2002 Luis Oliver presentaba su dimisión «irrevocable» como presidente del Xerez Deportivo tras alcanzar un acuedo con el ya accionista mayoritario de la entidad, José María Gil Silgado, justo un día antes de la junta general de accionistas que iba a certificar su cese. Luis Oliver puso así el punto y final a casi cuatro años de gestión en el Xerez Deportivo.

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Según publicó en su momento ABC, tanto Gil Silgado como Oliver ultimaron un día antes en presencia de un notario los detalles del trasvase de poderes a la nueva sociedad presidida por el primero. Previamente, ambos estuvieron reunidos para zanjar algunas cuestiones que les separaban del acuerdo.

En sus 46 meses al frente del Xerez, Luis Oliver vivió tantos éxitos deportivos como fracasos en la gestión. Los triunfos en el terreno de juego, con el equipo siempre en cabeza en sus últimas tres temporadas, fueron siempre de la mano de escándalos económicos que llegaron incluso a afectar a la estabilidad del vestuario y le costó la cabeza a algún que otro entrenador. En el último año de mandato de Oliver, la guerra abierta con el Ayuntamiento jerezano y principalmente con su entonces alcalde, Pedro Pacheco, llegó a hacer insostenible la situación del grupo de empresario navarro en el Xerez.

Un destierro a Sanlúcar de Barrameda, la ausencia de patrocinadores, de subvención municipal y las protestas del vestuario, cansado de cobrar tarde y mal, jalonaron los últimos meses de Luis Oliver al frente del Xerez.