PINCHITOS MORUNOS

Simone Ortega

Los hay que leen libros de aventuras, los hay que leen periódicos, incluso habrá alguno que se lea los artículos de Aznar... hay gente pa tó y como hay gente pa tó yo soy de los que me leo los libros de recetas, pero vamos me leo hasta la receta del pan con manteca...no vaya a ser que descubra algo nuevo.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En este gremio de lectores de libros de recetas, que somos muchos, no se vayan a creer ustedes, más, evidentemente de los que se leen el Boletín Oficial del Estado, muchos coincidiremos en que le teníamos un algo especial a Simone Ortega y sus 1080 recetas de cocina. Es como nuestro libro de guardia.

Si tengo un libro con manchas en mi estantería de libros de comé ese es el de Simone. Siempre ha sido como lo que era antes el diccionario y ahora es el google, como tengas una duda siempre acudes al mismo sitio...es como el Ayuntamiento de Cádiz, como haya una duda pone un aparcamiento subterráneo ¿porqué será?

Muchas veces los libros de recetas tienen un problema y es que no te explican las cosas básicas, las que desconocemos los que todavía llegamos a la cocina con la boina puesta y lo único crujiente que hemos conocido son las patatas de Matutano. Cuando llegaba ese momento, cuando tú no sabías como se fileteaba un lenguado, si para empanar se pone antes el huevo o el pan rallado, como se hace un caldo del puchero o tenías esa gran duda de los garbanzos ¿se ponen en agua caliente o fría? pues ahí estaban las 1080 recetas de cocina, con manchas de todos los estilos y con más pringue, como decía el cuarteto de El Peña, que Tarzán en los tobillos.

Los libros de Simone Ortega siempre ponían el peso de los garbanzos que hay que echar al potaje, las cucharaditas de harina que se ponen en los bizcochos y te aclaraban como se cuece un huevo duro porque en el mundo hay gente que no sabe cocer un huevo duro y que a las habichuelas verdes hay que quitarles el hilito, que mi madre siempre me lo dice, niño el hilito.

En fin, que como siempre pasa, que Simone Ortega ha muerto y siempre te quedas con las ganas de haberle escrito aunque sea un email de esos que traducidos resultan un correo electrónico y haberle dado las gracias por haberme enseñado como hacer una bechamel, que esas cosas en la vida del hombre moderno e igualitario pues son muy importantes. Un beso Simone.