TECHO. El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet. / EFE
Economia

El BCE declara la guerra a la inflación y eleva los tipos de interés al 4,25%

Alcanzan su nivel más alto desde septiembre de 2001

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Fiel a su palabra, indiferente a las advertencias de los poderosos y decidido a impedir que el fantasma de la inflación «explote» sobre la zona euro, el Consejo de gobierno del Banco Central Europeo decidió ayer, por unanimidad, elevar los tipos de interés al 4,25%, su nivel más alto desde septiembre de 2001. La medida, que era esperada por todos los expertos representa una verdadera declaración de guerra destinada impedir que la inflación, que se situó en un 4% en junio pasado a causa del elevado precio del petróleo y los alimentos, socave el poder adquisitivo de la población. El BCE tampoco cerró la puerta a nuevas alzas ante la continua escalada de precios.

Durante una esperada rueda de prensa, el presidente del Banco, Jean-Claude Trichet, señaló que los riesgos inflacionistas provocados por el alza del oro negro y el encarecimiento de los alimentos se podían prolongar por más tiempo de lo previsto por encima del nivel de estabilidad que el BCE fijó en el 2%.

Al unísono

«En base a nuestro análisis económico y monetario regular, hemos decidido aumentar los tipos clave en 25 puntos básicos. Esta decisión se tomó para prevenir efectos de segunda ronda generalizados y para hacer frente a los incrementos de los riesgos para la estabilidad de precios en el medio plazo», dijo Trichet.

El banquero también señaló que el Banco esperaba que las tasas de inflación armonizada podían seguir subiendo por encima de los niveles que son coherentes con la estabilidad de precios, una referencia inequívoca a la posibilidad de que el Banco apruebe en el futuro cercano nuevas subidas de tipos. Aunque Trichet advirtió, al menos en dos ocasiones, que el Banco subiría sus tasas en julio, la reunión del Consejo de Gobierno del BCE se inició en Fráncfort en medio de una inédita presión.

Por primera vez los gobiernos de España, Francia y Alemania habían unido sus voces para advertir sobre los riesgos que encierra para la coyuntura, una nueva subida de los tipos. Pero Trichet y sus colegas se taparon los oídos y actuaron en consonancia con el único mandamiento que rige la actividad del BCE: defender la estabilidad de precios. Este aspecto fue resaltado por el propio Trichet. «Enfatizamos que nuestra primera prioridad es mantener la estabilidad de precios a medio plazo y que nuestra firme determinación es mantener las expectativas inflacionistas a medio y largo plazo firmemente ancladas en la línea de la estabilidad de precios», dijo el banquero.

Cotización diaria

No fue todo. En su declaración de guerra contra la inflación, insistió en que el Banco se ornaba muy en serio su responsabilidad y que haría todo lo posible para cumplir su mandato y ser «creíble». En un raro gesto de humildad, Trichet se salió del guión escrito para el mundo financiero y envío un mensaje a los 320 millones de personas que habitan en la eurozona. «Confiamos en que este movimiento al alza era necesario para permitirnos seguir diciendo a los ciudadanos: podéis confiar en que el BCE cumplirá el mandato que recibió y que lograremos la estabilidad de precios en el medio plazo, pese a las difíciles circunstancias en las que estamos, debido a los muy fuertes incrementos del precio de un cierto número de materias primas», concluyó el banquero.

Por otra parte, y anticipandose a la subida del cuarto de punto que finalmente aplicó el BCE, el euríbor volvió a subir en su cotización diaria hasta las puertas de su récord histórico, al situarse en el 5,432%.