La mejor playa del mundo

Vamos a hacer un recorrido por distintas situaciones, distintas formas de ir a la playa. Empezaremos por los jóvenes de nuestra ciudad, los cuales pueden ir como quieran. ¿En autobús?, bueno los fines de semana porque hasta el uno de julio no podrán ir el resto de los días. ¿En bici? Pues sí pero contando que el carril termina justo cuando empieza la carretera de la playa, peligro seguro ya que los conductores van por esa zona a la velocidad que les da la gana. No hay en toda la carretera un solo badén, nada que les impida correr en esa recta tan golosa para los amantes de la velocidad. Una vez allí las opciones de diversión son pocas, nuestra playa carece de cualquier tipo de instalaciones deportivas. Luego nos quejamos cuando algunos hacen sus porterías con arena y juegan al fútbol. Y no nos paramos a pensar que en otras playas existen zonas dedicadas al deporte.

En segundo lugar nos pararemos en las instalaciones y servicios, que este año se han superado en número. Pero no termino de saber a qué hora se abren, unos días a las once y media y otros son las doce y están cerrados. Así que los deportistas, que no son pocos, deben hacer sus necesidades antes de salir de casa o a partir de las doce. También están las personas que les apetece darse un baño tempranero, ya te puedes ahogar tranquilo porque no te va a ver nadie. Ya que Protección Civil, al que sin duda agradezco su trabajo y no lo pongo en duda, no está ni a las diez ni a las once de la mañana. A esas horas ni siquiera se sabe qué bandera hay ni si te puedes bañar.

Y en tercer lugar tengo que tener especial cuidado en nombrar la tranquilidad que allí se respira por la mañana, aunque de vez en cuando escuchas y ves claramente cómo una bomba acaba de caer en el mar. Pero claro que esta lejos y no hay por qué alarmarse. En teoría en breve se dejará de tirar hasta el mes de septiembre. En definitiva espero que la playa se vaya «abriendo poco a poco» aunque dentro de dos meses, a mediados de septiembre se cierre automáticamente. Adiós a los servicios, a los autobuses, a Protección Civil...

Por su luz, su tranquilidad, su arena clara, su grandeza es la mejor playa del mundo. Pero no se lo debe a nadie ya que ella solita lleva ahí millones de años. Estaba antes que todos nosotros, antes que las instituciones que le dan la bandera azul, antes que políticos, y ciudadanos. La grandeza de nuestra playa se la gana sola y aunque no tenga todo lo que tienen otras playas sigue siendo la mejor playa del mundo.

Charo Torrejón Vargas.

San Fernando