CRÍTICA DE TV

Campeones

No, no: hablo de Cuatro. Es la primera vez que esta cadena puede decir que ha salido victoriosa sin la menor sombra de duda. Cuatro había pagado 70 millones de euros por los derechos de emisión de la Eurocopa. A cambio, ha ingresado 42 por la publicidad emitida durante los partidos. No haga usted la resta, porque aquí no funciona la cuenta de la vieja: la rentabilidad de la inversión no se compensa sólo con la publicidad, sino también con cifras de share y con intangibles (la visibilidad de la cadena, el prestigio, las promociones de imagen, la publicidad implícita de las otras empresas del grupo, todo eso), y entonces la suma supera cualquier expectativa. En materia de tangibles, o sea, de anuncios, las cifras son de mareo: Cuatro cobró los anuncios emitidos durante el descanso del partido a razón de 5.900 euros por segundo, es decir, diez veces más que la tarifa normal. Otro gallo habría cantado si España no hubiera llegado a semifinales, pero la selección pasó y, con ella, una nube de dinero.

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También en materia de audiencia los números son alucinantes: Cuatro ha acumulado en una semana las tres mayores cifras de la historia de la televisión en España. Conviene recapitular, para que conste: el gol de Silva a Rusia fue el minuto más visto de la historia de nuestra tele (17 millones de espectadores, 84,1%, superado luego por el último minuto de la final); los penaltis del España-Italia fueron la emisión más vista (15,3 millones de espectadores, 77,5%); la final contra Alemania ha sido la emisión completa más vista con 14,5 millones de espectadores y una cuota del 80,9%. Para Cuatro, estas cifras le permiten elevar su índice de audiencia del mes a un 12,5%, dejando muy atrás a la Sexta (5%) y quedando a 2,5 puntos de Antena 3.

Otra cosa será que Cuatro pueda mantener ese porcentaje superior al 12%, pero, de momento, que les quiten lo bailado. Respecto al trabajo de la retransmisión, ha sido globalmente muy bueno: no ha fallado casi nada, los locutores de los partidos hablaban de fútbol, la cadena se ha volcado en la promoción del acontecimiento y además ha sabido darle un tono épico muy en consonancia con el trance.