Kantauri, ayer. / EFE
ESPAÑA

Aldaya confiesa que su secuestro le volvió «medio loco»

El empresario José María Aldaya relató ayer en la Audiencia Nacional que el cautiverio al que ETA le sometió en 1995 durante casi un año, en un insalubre zulo de tres metros cuadrados sin ventilación, le volvió «medio loco».

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Aldaya mostró su cansancio por tener que zambullirse de nuevo en tan dolorosos recuerdos, por cuarta vez en un juicio, sin contar las ocasiones en las que tuvo que repetirlos ante la Guardia Civil y ante los jueces de instrucción. Dijo al fiscal que ratificaba lo dicho en todas las declaraciones anteriores y respondió a sus preguntas con pocas palabras y frases muy cortas.

El empresario recordó que los etarras le secuestraron el 8 de mayo de 1995, camino de su casa de Fuenterrabia, le maniataron y le narcotizaron, y cuando despertó estaba en el zulo. Allí permaneció 340 días, con las únicas visitas del carcelero que le traía la comida y la compañía de unos pocos libros y periódicos mutilados, hasta que fue liberado el 14 de abril de 1996. ¿Qué recuerda de esos días?, le preguntó el fiscal. «Medio loco», respondió el empresario.

Secuelas

Aldaya dijo ignorar si alguien había pagado algún rescate por él y ante la pregunta del acusador público de si el secuestro le había dejado secuelas respondió: «Tengo las dos caderas destrozadas de las vueltas que daba allí para no estar inactivo», explicó.

Al término del juicio el fiscal reclamó una condena de 17 años de cárcel para José Javier Arizcuren Ruiz, 'Kantauri', el jefe etarra que presuntamente ordenó el secuestro, y para Dolores López Resina, la etarra acusada de participar en la construcción del zulo y en el rapto del industrial. Sus condenas, de producirse, se unirán a las del matrimonio formado por Francisco José Ramada y Sagrario Yoldi, que están en la cárcel por formar parte del comando secuestrador.