VACÍO. Las Brigadas Amarillas abandonaron sus localidades en señal de protesta y solidaridad con un aficionado que fue detenido por la Policía Nacional. / FRANCIS JIMÉNEZ
Cádiz C.F.

Injusta respuesta para la afición

La hinchada aplaude al Nàstic y despide a los cadistas entre pitidos e indignación

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No se merecía la afición lo que pasó en Carranza y por eso los ánimos no estaban calmados tras el partido. La hinchada cadista volvió a demostrar que se vuelca con el equipo cuando hace falta. Pero existen límites. Tener que pelear por evitar el descenso a Segunda B no gusta nada.

El ambiente era inmejorable para que los cadistas ganaran. Toda la semana se había pedido el apoyo de la hinchada y desde una hora antes del partido los aficionados fueron llenando el estadio. Al final, casi 16.000 espectadores. Una cifra de lujo que debía rematarse con una victoria. Desde la grada se dejó claro que el primer objetivo era apoyar a los amarillos. Los cánticos de siempre volvieron a sonar. Esta vez parecían hasta más fuertes que nunca. Los equipos ofrecían bien poco sobre el campo. Pero el Cádiz tenía tiempo. Sólo se trataba de encadenar una buena jugada y marcar. Por lo menos un gol. Se habría venido abajo el estadio.

El descanso sin embargo debió hacer reflexionar a más de uno. Y por lo que veía sobre el terreno de juego el inicio de la segunda parte incrementó las dudas de la hinchada. Mientras, en fondo sur, las Brigadas Amarillas dejaban vacías sus localidades en señal de protesta. Habían detenido a un aficionado por una bandera. Limia se quedaba sin respaldo. Fondo sur huérfano de las voces que más levantan a la grada. De ahí hasta el final todos fueron gestos de preocupación y mucha incertidumbre. Con el primer gol del Nàstic Carranza casi enmudecía. Con el segundo llegaron los aplausos para los de Tarragona. Se escucharon levemente gritos como «¿Los jugadores no sienten los colores!», «¿jugadores mercenarios!». La salida del campo de los futbolistas estuvo acompañada por una sonora pitada. Y los amarillos tuvieron que esperar para salir del estadio porque cientos de aficionados se concentraron en la zona de fondo sur con preferencia. La Policía Nacional tuvo que intervenir para dispersarlos y evitar males mayores tras la injusta respuesta recibida durante los noventa minutos de partido.