Rocío Cortés sonríe ya y asegura en la entrevista que tiene fuerzas para seguir luchando. / NURIA REINA
ROCÍO CORTÉS NIETA DE DOMINGA RAMÍREZ UREBA

«Si tenemos que ir a Estrasburgo para que hagan justicia, iremos»

Una de las nietas de la anciana asesinada en el crimen de La Viña describe cómo se siente su familia después del veredicto del jurado y tras diez años de lucha

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Su rostro desencajado por la sorpresa, que en segundos se transformó en una alegría sin control, ilustraba a la perfección el sentir de una familia tras oír un veredicto que llevaban esperando hace casi diez años. Esa emoción les hizo olvidar que su triunfo legal se había quedado a medias, porque uno de los dos acusados de haber asesinado a Dominga Ramírez Ureba fue declarado inocente por falta de pruebas. Una circunstancia que no ha sido discutida por los familiares de la víctima del crimen de La Viña, quienes aseguran, a través de una de las nietas de la difunta, que seguirán peleando en el caso de que los recursos que interpongan la defensa del condenado lleguen a buen puerto.

-¿Es capaz de recordar ahora, tras la resaca de lo vivido en la Audiencia Provincial, qué se le pasaba por la cabeza antes de que el jurado popular se pronunciara?

-Estábamos todos pasando un pésimo rato. Yo confiaba mucho en Javier, mi abogado, pero como se había insistido mucho durante el juicio en los retrasos que se habían producido y en que los acusados estaban sufriendo mucho porque se habían sentado en el banquillo dos veces, nos temíamos lo peor.

-Sin embargo, el tribunal no halló culpable ni de encubrimiento a la pareja de José María Díaz, ¿os queda algo de amargura?

-Los diez años que hemos sufrido han sido un auténtico calvario que nadie sabe. Nosotros seguimos convencidos de que ella también estaba metida en el ajo. No como autora del asesinato, pero sí como encubridora. Durante todo este tiempo ha estado tapando a su marido. Pero nos quedamos con que al menos se ha condenado a él.

-En el juicio anulado en 2002, el jurado absolvió a los procesados por una mayoría ajustada de votos (cinco contra cuatro). Pero ahora el dictamen ha sido unánime.

-Sí, eso ha sido muy importante porque ningún miembro lo ha dudado. Aún estamos que no nos lo creemos.

-Pero la batalla no ha terminado. Aún falta por saber la condena que le impone el magistrado, ¿temen una rebaja importante en la pena?

-Sí, sabemos que no lo van a condenar a los 25 años que solicita nuestro abogado, sobre todo porque la propia Fiscalía también está de acuerdo con reconocer que ha habido retrasos (dilaciones indebidas). Pero esperamos que el juez imponga una sentencia en función del delito. Si es excesiva la rebaja, lo dejaremos en manos de nuestro abogado la opción de recurrir.

-La que probablemente lo haga sea la defensa, ¿están preparados para continuar con un proceso que ya acumula diez años?

-Si tenemos que ir a Estrasburgo para que se haga justicia, iremos. Nosotros no somos responsables de que se haya tardado tanto en llevar a estas personas a un juicio válido. Si lo hubiéramos tenido hace seis años, no habríamos llegado aquí.

-A lo largo de estos últimos días se ha expuesto en la vista oral que recurrieron en 2002 porque no estaban de acuerdo con el primer veredicto, y no porque sintieran que habían vulnerado un derecho fundamental. ¿Cómo han recibido esas alusiones?

-A quién hay que pedirle responsabilidades es al anterior juez. Él fue quien decidió no aplazar el juicio para que nos diera tiempo a buscar un nuevo letrado. Al parecer estaba muy ocupado y no podía perder tiempo. Nosotros también hemos resultado perjudicados con todo el tiempo transcurrido y no entendemos cómo esa circunstancia puede favorecer al culpable.

-¿Y qué le parece las sospechas suscitadas en torno a la Policía y su forma de proceder en la investigación?

-En este país, al parecer, todo vale. Se nos cayó el mundo a los pies cuando la fiscal también dijo que no descartaba irregularidades. Si entonces fue así, ¿cómo llegaron entonces las joyas de mi abuela a la casa de este señor?, porque a día de hoy sigue sin dar una explicación.

-¿Se sienten parte del colectivo de afectados por los retrasos en la justicia?

-La justicia tiene que ser mucho más rápida. Pero nosotros no somos culpables de que este caso lleve tanto tiempo en los tribunales.

-¿Es que acaso les queda la sensación de que los juzgados han sido ustedes?

-En muchas ocasiones sí, sobre todo cuando hemos tenido que escuchar tantas veces que qué pena de estos señores porque llevan diez años con una acusación encima de sus hombros. Mi abuela fue la que asesinaron. Ella es la víctima.

stubio@lavozdigital.es