«Mi obra está vinculada a mi pensamiento político»

María del Mar Moreno ha dado un paso cualitativo importante en este objetivo. Ha publicado su primer libro, 'El sueño de Eva', un trabajo que se puede situar en un género a caballo de la novela de mensaje y del ensayo novelado, como explicó Manuel Chaves, presidente de la Junta, durante una reciente presentación en la Feria del Libro de Sevilla.

«Desde pequeñita he escrito, pero hasta ahora no me había animado a publicar, porque nunca había encontrado nada con el suficiente interés, pero los amigos que leyeron el borrador de 'El sueño de Eva' opinaron que era interesante, opinión que espero que compartan los lectores», cuenta la flamante consejera de Obras Públicas y Transporte que jamás ha tenido miedo al folio en blanco, pero sí vértigo a la publicación.

Mar Moreno se declara escritora compulsiva. Intenta que su pensamiento político impregne todo aquello que crea. «Es imposible desvincular mi obra de mi propio compromiso personal, es una manera de expresar opiniones políticas». Tampoco comparte la supuesta incompatibilidad del mundo de la política con el de la creación literaria. Sopesa que en su ámbito profesional, como en casi todas las actividades, se ha incrementado mucho el ritmo, la velocidad y el nivel de dedicación. La consejera jiennense expone: «Vivimos en un mundo muy exigente en cuanto a dedicación; yo le dedico todo mi tiempo y mi pasión a la política, pero mi ocio es esto y no me importa robarle horas al sueño».

Valores

Moreno lleva la literatura más allá de las páginas de un libro. «Forma parte de mi manera de ser, en mi discurso político hay inclusión en el mundo de los sueños, de los valores, en perfiles un poco más humanos, porque la política tiene que estar dirigida a eso», subraya.

A los que compren 'El sueño de Eva' les espera, según su autora: «Una idea sugerente, que no se si está bien escrita». Se trata de una recreación del mito de Eva. «Es como un espejo de la historia de la humanidad, que devuelve este mito a la realidad, pero invertido, incluso en el lenguaje», apostilla Moreno. La autora usa el femenino como genérico en toda la obra, creando una sensación de invisibilidad del masculino, lo que define como una provocación en materia del lenguaje. Ella no quiere ni el mundo del mito ni el que ella describe en su libro: «Sino un mundo con la manzana compartida entre mujeres y hombres».