Campuzano reinventa la realidad urbana a través de sus fotografías

«No sin ser deformada puede la realidad exhibir sus enigmas». Guiado por estas palabras de José Manuel Caballero Bonald comienza un especial recorrido por Alcacogrhujamase, una ciudad-imaginario levantada desde la óptica del fotógrafo Gabriel Campuzano y sobre los cimientos de las ocho capitales andaluzas.

El sevillano presentó ayer su obra en la Casa Pemán cuyo título ha surgido de la armónica conjunción de la primera sílaba de los nombres de cada provincia. El resultado, una sugerente palabra, que «recuerda a algún vocablo árabe» y con la que llamar a una urbe creada a base de retazos manipulados con «la idea final de fotografiar una sola ciudad».

Recrear la realidad

La muestra tira por tierra la capacidad que tiene la fotografía para congelar la realidad y reproducirla tal y como es. El fotógrafo sevillano deconstruye a través de 64 instantáneas el universo real y lo descifra e interpreta siguiendo el dictamen de su memoria. La imagen que el guarda de su ciudad-imaginario se impone sobre lugares tan emblemáticos como las catedrales, plazas, cementerios, estaciones de trenes, fortalezas o los palacios de lugares como Cádiz.

Su idea es «construir un archivo en el que cada espectador reconozca como suya» la imagen que contempla. «Sólo quiero dejar depósito de la ciudad que el hombre contemporáneo lleva dentro», explicó.

El proyecto Alcacogrhujamase fue el ganador de la última edición de la Beca para Proyectos de Fotografías de Cajasol con la que la Obra Social de la entidad pretende impulsar la labor de creadores como Campuzano y difundir su trabajo.

Anterior a ésta, Campuzano destacó otra colección dedicada a las ciudades esporádicas con las que se establece una breve relación por motivos como el trabajo o las vacaciones. Sin embargo, con su último trabajo se ha alejado de lo eventual para «cubrir un hueco, el de las ciudades próximas». En los últimos años, sus proyectos están ligados a la figura de la ciudad y el fenómeno de lo urbano, «junto a la necesidad de registrar la propia memoria».

Su carrera empezó con la fotografía tradicional y, más tarde, centró su trabajo en transferir imágenes de Polaroid a otro material con el añadido de hacer una doble transferencia. Fruto de este trabajo de deconstrucción fotográfico surge la muestra que la sala de exposiciones de la Casa Pemán en Cádiz alberga desde ayer y que mantendrá sus puertas abiertas hasta el próximo día 22 de junio.

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