Casetas que se han quedado sin montar

Algo que achaca a que la fiesta «se ha puesto muy cara, el montaje cuesta mucho dinero y los socios tienen que pagar demasiado a lo largo de todo el año...». Circunstancias, a su juicio, poco compatibles con el hecho de que «no se controle el vandalismo y se permita la entrada libre a todo el mundo sin respetar el aforo».

Especialmente crítico se mostraba ayer el portavoz de la asociación, ya que incluso llegó a afirmar que «ha llegado un punto en que para muchos no merece la pena montar la caseta y deciden cerrarla, ya que no están a gusto».

Aseguró además que «algo parecido ocurrió el año en que la alcaldesa, Pilar Sánchez, tuvo la idea de unir la zona de movida al resto de casetas tradicionales».

Esta imagen de «casetas vacías» contrasta fuertemente con el récord de visitas (según el Gobierno municipal) registrado en la última edición de la Feria del Caballo, algo que ha propiciado la coincidencia del puente festivo con los días en los que se ha celebrado el evento.