MOVIMIENTO. El baile fue el gran protagonista de la tarde.
Cultura

Una pintura viva

El Baluarte de la Candelaria se transforma para celebrar el Día Mundial de la Danza entre ritmos africanos y pequeños bailarines

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Mi casa se mueve!» Gritaba Carmen, profesora del centro Albacalí, mientras se agitaba junto a un grupo de niños que la rodeaba. Afortunadamente no se trataba de un terremoto y su frase no era fruto del pánico. Todo lo contrario.

Aparentemente todo estaba tranquilo en el Baluarte de la Candelaria en la tarde de ayer. Todo sucedía fuera del alcance de cuanto curioso se asomaba a la verja de la entrada. El edificio que hay en el centro del patio hacía las veces de biombo y lo ocultaba.

«Oís la música, pues ahora transformadla en movimiento». Unos acordes de guitarra tenían embelesados a un grupo de niños de entre tres y ocho años que rodeaba a un guitarrista vestido de negro. A su lado se encontraba Carmen, vestida con un traje que en Costa de Marfil le haría pasar desapercibida. «Transformad el sonido en danza» repetía Carmen a los pequeños que inmediatamente movían sus brazos con gracia.

De este modo, bailando, como corresponde, celebró ayer Cádiz el Día Mundial de la Danza. A las seis de la tarde comenzaron las actividades dedicadas a los más pequeños. Tiza en mano fueron dibujando en el suelo un lugar propio en el que bailar, su casa. Mientras la profesora explicaba el mensaje escrito especialmente para la ocasión por la africana Gladis Faith Agulhas.

«Cada alma que baila crea y transforma ideas en movimientos de arte que cambian tu vida». Unas palabras que hicieron propias algunos padres asistentes. Pedro Pablo explicó, a la vez que seguía los pasos de sus hijas, que «la danza es perfecta para que se muevan y desinhiban desde pe-queños».

Coreografías infantiles

«Mi casa es la danza» explicaba Carmen a los bailarines que sobre sus dibujos no paraban de improvisar pequeñas coreografías. «Con una tiza baila el mundo», frase con la que la profesora quiso resumir el sentido de las actividades llevadas a cabo para celebrar este día instaurado por la Unesco y que ha tomado como referencia el aniversario de Jean Georges Noverre, creador del ballet moderno. Un profesional que soñaba con que la danza se convirtiera en una pintura viva y que el baile de los pequeños y sus primitivos dibujos hicieron ayer realidad.