EXPLICACIÓN. Raquel Madrid explica una técnica de la tela.
Sociedad

Bailarines aprendiendo a volar

Un taller de telas horizontales permite a unos pocos privilegiados aprender las técnicas de una disciplina a caballo entre la danza y las prácticas circenses

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Culo al techo y cabeza al suelo!». Con este peculiar grito de guerra, la actriz, bailarina y coreógrafa Raquel Madrid anima a los asistentes a su taller de telas horizontales a dejarse caer cabeza abajo anudados a una gran sábana colgada a 10 metros de altura. No hay heridos, y sí muchas risas y continuos aplausos de ánimo ante los progresos de esta experta artista acostumbrada desde hace nueve años a volar colgada de una tela en múltiples espectáculos.

«Esto no es el Circo del Sol, así que tranquilos», bromea con los jóvenes aprendices. Durante unas pocas horas y con la sola compañía de dos telas horizontales y en algunos casos de unas colchonetas para protegerse de caídas, los jóvenes aspirantes a pájaro aprenderán unas sencillas técnicas de esta complicada disciplina. «Este es el dormilón. Es una postura que se utiliza para descansar durante el espectáculo, para relajarte un poco», detalla.

Nadie lo diría al verla cabeza abajo y con todo el cuerpo hecho una bola, sin que sus manos toquen la tela. Paola y Javi ríen nerviosos mientras tratan de realizar la postura. El resto escucha respetuosamente todas las indicaciones. Les va en ello no llevarse un coscorrón, aunque empiezan a menos de medio metro del suelo.

«Ha sido una idea para fomentar e incentivar que la gente se acerque a los espectáculos de danza que se están llevando a cabo en Cádiz», explica amablemente Raquel, que además de licenciada en Derecho, ha estudiado circo en Bristol, arte dramático y danza contemporánea. «Hace dos años trajimos a Cádiz el espectáculo Colgada de ti, en la que yo trabajaba en telas, y como otras compañías han hecho talleres de danza contemporánea, nosotros propusimos éste». Raquel realiza estos ejercicios entre la danza y el circo, a bastantes metros de altura, desde 1999.

¿Qué se siente cuando se vuela atada a una gran sábana? «Adrenalina, cuando estás a 10 metros lo único que piensas es en los pasos que tienes que dar porque si no, te caes», reconoce, aunque la pasión que transmite a sus aprendices es visible y contagiosa. «Bienvenida al dolor. Sí que duele un poco, es que te tienes balancear», continúa aleccionando a una estudiante especialmente propensa a caerse. De pronto, Paola se queda boca abajo suelta sus manos y los asistentes estallan en aplausos.

Para los que no son tan valientes, esta noche la compañía de Raquel, 2 proposiciones de danza-teatro, ofrece su espectáculo Le gran voyage. «No es danza contemporánea rara, es un lenguaje muy teatral y comprensible a todos los públicos», asegura. Y no requiere verificar los efectos de la gravedad sobre el cuerpo en caída libre, sino ocupar un asiento y disfrutar de una buena sesión de teatro. A las 21.00 horas en la sala Central Lechera.