El especialista en psiquiatría infanto juvenil Conrado Montesinos. / LA VOZ
Ciudadanos

Un trastorno sexual que pagan los más débiles

Los estudios más prestigiosos sobre la pedofilía no acaban de concluir si es un mal que se determina desde antes de nacer El psiquiatra Conrado Montesinos asegura que los abusadores de menores son inseguros y tienen problemas para relacionarse

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El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la American Psychiatric Association -Asociación Americana de Psiquiatría- señala que un pedófilo es una persona que tiene «impulsos sexuales o comportamientos que implican actividad sexual con niños prepúberes o algo mayores, generalmente de 13 años o menos». Casos recientes como el de las niñas de El Puerto o la pequeña Mari Luz en Huelva han vuelto a poner sobre la mesa la existencia de un mal que existe y que pasa desapercibido cuando no crea grandes titulares en los medios de comunicación.

Un estudio realizado bajo la dirección del psicólogo James Cantor, del Centro para la Adicción y la Salud Mental -Centre for Addiction and Mental Health- de Toronto (Canadá) sugiere que los pedófilos pueden haber estado expuestos a condiciones prenatales que afectaran a su desarrollo físico. Cantor apuntó al respecto que «los resultados de la investigación no implican que los pedófilos no sean jurídicamente responsables de su comportamiento».

Varios psiquiatras consultados por este periódico, sin embargo, coincidieron en que a pesar de la existencia de estos estudios, aún no se han alcanzado conclusiones que prueben sin lugar a dudas que la pedofilia se determina antes de que nazca el abusador. «Aunque el componente genético podría predisponer a unas personas más que a otras a llegar a convertirse en un depredador sexual, no se puede soslayar la relevancia que tiene el entorno y la educación en estas cuestiones», indicó una de las expertas consultadas.

Distintos grados

No todos los pedófilos son iguales ni lo son en el mismo grado, que puede ir desde la mera observación y no pasar de ahí a la más ignominiosa de las conductas. La atracción que sienten puede producirse hacia varones, hacia mujeres o hacia ambos sexos, según el Manual Diagnóstico. Otra cuestión a tener en cuenta es su tipología que los clasifica en dos grandes grupos, los que sólo se sienten atraídos por niños y los que también se interesan por adultos. La fuente experta consultada apuntó que es muy común que estén casados y tengan familia. Asimismo, existe otro gran grupo de abusadores, el que se limita a los menores de la propia familia y el que busca sus presas fuera de ella.

Sobre la capacidad del pedófilo para enjuiciar su propio comportamiento y responsabilizarse de su conducta, éste no siempre es consciente de que lo que hace no está bien. Existen grupos que minimizan la importancia de sus actos y de la atracción que sienten hacia menores. Otros, en cambio, se guardan de ocultarlo, sabedores de su aberración.

jlopez@lavozdigital.es

La castración química crea división

Los expertos no llegan a un consenso para dar una respuesta a la lógica alarma social que suscita cualquier caso de pedofilia. Hechos tan graves como éstos hacen clamar en defensa de la cadena perpetua a un sector no pequeño de la población. Unos meses atrás se creó cierto debate sobre la castración química que ha resurgido en las últimas semanas con el caso de Mari Luz en Huelva y los de El Puerto. El psicólogo de la Fiscalía de Menores de Madrid y ex Defensor del Menor de esta comunidad, Javier Urra, es un firme defensor de esta medida. El especialista entiende que la legislación no sólo se debe ocupar de las víctimas reales, sino también de las potenciales, por lo que se ha pronunciado sobre la castración química como un método «a tener en consideración». Por otro lado, el jefe del departamento de Psiquiatría del Hospital Juan Canalejo de La Coruña, Luis Ferrer, se ha opuesto públicamente a que se generalice su administración y aboga por un estudio caso a caso, dado que su eficacia no es del 100% y requiere el consentimiento del pedófilo.

«Establecen una relación de poder y dominación hacia sus víctimas»

El psiquiatra Conrado Montesinos explicó que la pedofilia es un trastorno sexual por el que el afectado siente atracción por menores. Indica que cada uno de ellos se interesa por niños dentro de un determinado rango de edad. Muchos fueron víctimas de abusos en su infancia -lo que les predispone a sufrir este transtorno- y todos ellos tienen en común que son personas que encuentran grandes dificultades para relacionarse con otros adultos, tienen problemas de comunicación con las mujeres y son muy inseguros. La incidencia de este trastorno entre las mujeres es mínima, apenas representa entre el 5% y el 10% de los que lo padecen. Montesinos lo explica por la relación de poder y dominación que el abusador establece con respecto a su víctima: «La mujer no tiene el deseo de dominación que es más habitual que se de en el hombre». La peste de occidente no se circunscribe a las naciones desarrolladas, Montesinos señala que existen otras culturas, como la musulmana, en las que puede ser normal que un adulto contraiga matrimonio con preadolescentes de 11 o 12 años, aunque en esas regiones no esté considerado como pedofilia.

La Audiencia Provincial califica de «normal» el aplazamiento de prisión del pedófilo de El Puerto

El aplazamiento de 15 días para la entrada en prisión tras su condena de Benjamín Lora, el pedófilo de El Puerto, es una medida «normal», según confirmó el presidente de la Audiencia Provincial de Cádiz, Lorenzo del Río.

Del Río explicó que Lora solicitó el aplazamiento porque se estaba planteando pedir un indulto. Ese retraso en el encarcelamiento es una práctica «habitual» tras una condena y ni la fiscalía ni los abogados de las menores se opusieron al considerar que el riesgo de fuga era muy escaso. Loira es una persona muy arraigada en El Puerto y la única razón de la petición era el estudio de la posibilidad del indulto. Del Río señaló que en los casos de delitos sexuales, el perdón «es poco viable», debido a la alarma social que producen entre los ciudadanos.

Fuentes cercanas al caso señalaron que esa petición aún no se ha realizado y que incluso es posible que no se materialice. Gracias a una medida que se aplica de oficio para la refundición de penas, Lora cumplirá cuatro años y medio frente a los diez y medio que aceptó.