PAPEL. Joaquin Phoenix interpreta al hermano de un policía.
JOAQUÍN PHOENIX ACTOR

«Si no hay algo que me inspire no volveré a pisar un rodaje»

El actor estadounidense protagoniza junto a Eva Mendes y Mark Wahlberg el 'thriller', 'La noche es nuestra', dirigida por James Gray

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

A sus 33 años, Joaquín Phoenix es un raro ejemplar en la fauna de Hollywood. Convertido en estrella muy a su pesar, huye de la fama como de la peste y suele interpretar personajes conflictivos con un lado oscuro muy alejados del galán tradicional. Quizá tenga mucho que ver su infancia nómada o la terrible situación que vivió cuando su hermano River murió en sus brazos por una sobredosis. Nominado en dos ocasiones al Oscar por Gladiator y En la cuerda floja, ahora regresa a la gran pantalla con La noche es nuestra, del director James Gray, un filme muy personal para el actor donde la ficción se acerca mucho a la realidad.

-¿Siente una debilidad especial por trabajar con el director James Gray?

-Honestamente, trabajar con Grey es una auténtica aventura. Somos amigos desde que rodamos juntos La otra cara del crimen y cuando me propuso hacer La noche es nuestra acepté sin pensármelo, porque el proceso de trabajo que somete a los actores es sensacional.

-Ha interpretado todo tipo de personajes, villano, músico, bombero y ahora el hermano de un policía. ¿Hay alguno que le provoque especial satisfacción?

-No tengo preferencias. Lo que me gusta es la variedad, multiplicar las experiencias. El personaje que ocupa mi presente siempre es el mejor hasta que termino la película, luego deja de importarme.

-La noche es nuestra ha recibido críticas para todos los gustos.

-La verdad es que eso no me importa. No me preocupa si mis películas reciben buenas o malas críticas porque lo que me interesa es el proceso, la realización y el personaje. Lo único que me funciona es vivir día a día. Lo único que puedo controlar es mi ética de trabajo, el resto del negocio del cine se lo dejo a los entendidos.

-La historia de esta película gira en torno a la mafia rusa en Nueva York.

-Lo mejor de interpretar este personaje fue la preparación. Conviví durante varios meses con un grupo de policías y comprobé que el mundo del hampa en Manhattan sigue muy vivo. Aprendí lo que significan las calles, la vida paralela, esa que no se conoce. Fue algo fascinante.

-Su padre siempre le ha apoyado, siempre ha podido contar con él. ¿Le puede comparar con Robert Duvall en La noche es nuestra?

-Sí. Siempre he contado con el apoyo de toda mi familia. Me duele mucho cuando veo a alguien que no lo tiene, es una de esas cosas que me parte el corazón. Recuerdo cuando era un niño y solía pelearme con los padres de mis amigos por la manera en que los trataban, por no considerarles como iguales o apoyarles cuando lo necesitaban. Eso es algo por lo que siempre he luchado.

-¿Cómo alimenta su creatividad?

-No sé, ésta es una manera de hacer dinero. Ahora mismo no siento ningún deseo de volver a trabajar, pero luego leo un guión y de pronto me inspiro. James y yo acabamos de terminar de rodar Two Lovers con Gwyneth Paltrow, y si no encuentro algo que me guste tal vez no vuelva a trabajar más. Si no hay algo que me inspire no volveré a pisar un rodaje.

-¿Qué le ha llevado a pensar en retirarse?

-Todo el mundo lo piensa. Es ridículo decir 'me retiro', pero hay que jugar con la idea, es importante tomarse un tiempo de descanso. Recuerdo cuando pensaba que esto lo era todo en mi vida y me he prometido a mí mismo que si no tengo la misma pasión en mis próximos proyectos no voy a trabajar.

-Parece que tiene un temperamento bastante cambiante.

-Es difícil analizarse a uno mismo. No tengo ni idea de cómo me percibe la gente y no leo nada de lo que se publica sobre mí en la prensa. No veo películas, no me relaciono con Hollywood, así que no lo sé. Por supuesto, para mí soy una persona completamente normal, aunque no sé si eso contesta a su pregunta.

-Su relación con los medios siempre ha sido una especie de tira y afloja.

-Supongo que sí, pero tiene mucho que ver con mi inmadurez. Llevo tiempo en esta profesión y al principio no tenía ni idea de que estaba obligado a promocionar las películas. Cuando hice Todo por un sueño me dijeron que debía viajar a Venecia o a Cannes y le dije que no iba, que si estaban locos. Desde entonces he ido madurando y aprendiendo. Ha pasado una década y ahora sé bien en lo que estoy involucrado.

-Si no le gusta la fama ¿por qué decidió convertirse en actor? Sabía en lo que se estaba metiendo.

-Al principio no fui muy consciente de ello. Era joven, veía a mis hermanos mayores hacerlo y quería seguir sus pasos, pero no recuerdo de manera consciente el día en que tomé la decisión de convertirme en actor. Sé que cuando hice Todo por un sueño me di cuenta de que este era mi futuro. Hasta entonces había flirteado con la profesión sin ningún tipo de compromiso, pero esa película cambió mi forma de pensar.

-¿Tiene muchas obsesiones?

-Cuando me aburría y no sabía qué hacer con mi tiempo salía con mis amigos, me tomaba una copa y empezaba a pensar que nada me importa. Me sentía bien con una copa en la mano y ese era el error, no darme cuenta de que beber podía convertirse en un problema en mi vida. He querido solucionarlo antes de mirarme en el espejo y decirme 'vamos a matarnos'.