Opinion

Opacidad en Tíbet

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a prolongada y masiva intervención policial y militar en Tíbet por parte de las autoridades chinas con el fin de sofocar las protestas por su ocupación no parece tener fin. La extensión del conflicto a otras provincias con población tibetana da cuenta de la magnitud de un descontento que Pekín difícilmente podrá ahogar mediante el recurso a la fuerza, cuya utilización revela además la naturaleza del régimen comunista. El control informativo sobre los medios de comunicación propios y la cerrazón ante la tarea que pudiera desarrollar la Prensa internacional hace que ni siquiera se cuente con una cifra veraz sobre las muertes provocadas en el intento de aplastamiento de la revuelta. Esa carencia de noticias fiables constituye uno de los déficits que presenta China y, en este caso, extiende un más que preocupante manto de opacidad sobre un conflicto de tan incierto desenlace.