Francisco Almela Ruiz

osiblemente sea uno de los más conocidos empleados de comercio en la céntrica calle Columela. Entró a trabajar en el emblemático Bazar La Campana, entonces propiedad de Antonio Durán Romo, donde estuvo hasta los sesenta y siete años, cuando se jubiló, ya como encargado, en el mismo establecimiento, llamado entonces Moravia. Estuvo 49 años en el mismo lugar. También fue Francisco Almela un hombre de confianza de Antonio Martín de Mora, concesionario de las cantinas del estadio Ramón de Carranza, como así mismo en el Cortijo de los Rosales del mismo concesionario. Paco Almela es, sin duda, un hombre muy querido y respetado en Cádiz por su estrecha relación con la ciudad. Sin duda, un buen gaditano y un excelente comerciante que dejará huella en la ciudad de Cádiz porque es parte de su extensa historia. / EDUARDO LUMPIÉ