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Moscú y Kiev cierran la 'guerra del gas' y evitan que la UE se vea afectada

El monopolio ruso Gazprom decidió ayer reanudar los suministros de gas a Ucrania -principal punto de tránsito del carburante con destino a Europa- después de que el presidente de la compañía, Alexéi Miller, mantuviese una conversación telefónica con su colega ucraniano, el director general de Naftogaz, Oleg Dubina. Ambos responsables empresariales acordaron volver a sentarse a negociar el próximo día 11 en Moscú. Se evita así, de momento, que el pulso entre Moscú y Kiev por el pago de una deuda de 1.052 millones de euros afecte e los consumidores europeos, como ya sucedió en 2006.

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El pasado lunes, un día después de que Dmitri Medvédev, presidente del consejo de accionistas de Gazprom, se convirtiera en el nuevo jefe del Estado ruso, el gigante energético empezó a disminuir paulatinamente el caudal de gas a Ucrania para forzar el pago de la deuda contraída por Naftogaz. El martes, la reducción alcanzó ya el 50% y Kiev advirtió que los abastecimientos a la Unión Europea podrían verse alterados si la seguridad energética de Ucrania es puesta en peligro.

Credibilidad

La primera ministra, Julia Timoshenko, desmintió ayer que hubiera habido intención de desviar el gas con destino a Europa, pero, de todas maneras, la amenaza parece haber surtido efecto, ya que Gazprom suavizó ayer considerablemente su postura. La 'guerra del gas' desatada en enero de 2006 dañó seriamente la reputación de Rusia como proveedor fiable de energía. Otro conflicto ahora hubiera puesto por los suelos la credibilidad de Gazprom.