Una nueva cita del motor
EL Salón del Automóvil de Ginebra tiene un irresistible poder de atracción para todo aquel que de una forma o de otra está relacionado con esta industria o quiere estar a la última. Buena prueba de ello es que, siendo Suiza un país neutral, en el que no existen fábricas del automóvil, no hay una sola marca que se precie que falte a esta cita. De ahí que fruto de esa capacidad de convocatoria en el recinto del Palexpo esté representada la mayor y más completa oferta de novedades para todos los gustos y bolsillos. Por esto, en la presente edición están expuestas más de cien primicias dirigidas a los más exigentes consumidores.
Actualizado: GuardarAunque lo más destacable de este certamen ha sido el compromiso de los constructores para fabricar, cada vez más, 'coches verdes'. No ha habido presentación de un nuevo modelo en la que no hayan puesto de manifiesto los diferentes avances en este campo, añadiendo también el compromiso de la marca con el medio ambiente. Cuestión diferente es saber si los compradores están dispuestos a pagar el sobrecoste que en algunos casos supone emitir menos CO2 a la atmósfera.
Precisamente por eso, la tendencia a los vehículos pequeños de gamas bajas y medias ha estado ampliamente representadas. La estrategia de vender coches como el Ford Fiesta o el nuevo Seat Ibiza, con motores más asequibles, muy atractivos y personalizados funciona cada vez más. En el otro extremo de este escaparate también han hecho su debut vehículos que van desde el lujoso Infiniti de Nissan hasta el Rolls Phantom Coupé, sin olvidar los inevitables estrenos de todocaminos como el Ford Kuga, Renault Koleos o Volvo XC60.
Todo es poco cuando, con crisis económica incluida, el objetivo es mantener las ventas de automóviles en la UE al mismo nivel del ejercicio anterior. Para resumir, este salón es un fiel reflejo del gran reto que suponen para la industria del motor los nuevos tiempos, incluyendo la nueva normativa anticontaminación de la CE.
