La lógica se impone en Anoeta

Duele al corazón azulino, pero la lógica fue la que ganó en Anoeta. Ésa que venía diciendo que todo un grande como la Real Sociedad debía continuar con su triunfal camino a Primera División, esa lógica que hunde al Xerez en lo más profundo de la tabla, y que impidió que los de Esteban se llevaran, al menos, un punto de San Sebastián y levantar así la maltratada moral azulina.

Puede que el Deportivo tuviera el encuentro -la victoria- en sus manos, puede que gozara de ocasiones para llevarse los tres puntos, que el resultado no sea justo con lo que se vio en el terreno de juego, que el Xerez sea uno de los mejores equipos que ha pasado por el prado del estadio vasco, pero el xerecismo no debe olvidar que arrastra un importante lastre psicológico que ancla las intenciones de sus jugadores, y que su nefasto sistema defensivo le ha llevado a lo más profundo de la Segunda División. La retaguardia azulina es más que previsible. Tanto o más que el ataque. La única diferencia es que la defensa es de Segunda División B y el ataque -o Yordi- está más cerca de Primera División que de la categoría de plata.

Y es que el Xerez perdió porque cometió los mismos errores de siempre. Esteban no es capaz de poner soluciones, no encuentra la manera de romper la inoperante forma de defender de su equipo, no es capaz de mentalizar a sus hombres para que no cometan errores, descuidos, pérdidas de concentración que añaden barreras a los azulinos. Dos despistes en el área costaron una doble pena máxima. Tristeza por impotencia y ingenuidad. Dos penaltis que de golpe y porrazo derribaban las ilusiones campaneras de los azulinos. Aythami -con un penalti generado por un gesto, más que por el dudoso golpeo con el hombro- y Samuel, con una falta de libro dentro del área, eliminaron las opciones de los jerezanos en la primera parte. El Deportivo se tuvo que marchar al vestuario con un 2-0 que podía ser algo injusto, pues también gozó de ocasiones suficientes como para haber estrenado su casillero de goles. Pedro Ríos y Momo aprovecharon las carencias que ofrecían los flancos de la defensa vizcaína. El jerezano con el especial brillantez, pues dio dos pases de gol que no supieron aprovechar ni Francis, ni el mismo Momo. La del canario fue la ocasión más clara de la primera parte, pero no supo resolver ante Riesgo.

En la reanudación el Xerez apareció muerto. Era una banda, un muñeco en las manos de una Real Sociedad crecida por el marcador y que asediaba la portería de Porato. Los vascos perdonaron el tercero hasta en tres ocasiones, pues a pesar de los goles, De Cerio no tenía muy ajustado el punto de mira. Todo lo contrario que Yordi, pues fue el isleño el que metió a los suyos en el partido. Aprovechó un robo en campo rival para guisarse y comerse un buen tanto con un lanzamiento desde la frontal que cruzó la línea de gol pegado al palo.

Yordi presiona

La aparición de Yordi atemorizó a los locales hasta el punto que la defensa de la Real comenzó a regalar balón tras balón. En una de esas, Pedro Ríos y Mendoza fabricaron una jugada por el carril derecho que acabó en un centro al punto de penalti. Yordi empalmó mandando la bola al travesaño, y Carlos Calvo remachó, logrando así su primer tanto con la elástica azulina. Los de Vigo tomaban aire y no sólo volvían al partido sino que por momentos pensaron en la victoria. Pensaron, pensaron, pensaron y entre que el banquillo decidía si tirar de Antoñito o asegurar con Bajic, los donostiarras despertaron de su letargo y les clavaron dos más, dejando un resultado abultado que no refleja lo que se vio sobre el tapete. El xerecismo abandonaba Anoeta con un saco de lamentos: que si hubo un penalti en una jugada de Yordi, que si el que hizo Samuel venía precedido de una falta en ataque, que si las ocasión de Momo... La única realidad es que el Xerez está último a ocho puntos de la salvación.

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