El trabajo es salud

Hay pocas cosas más reveladoras que una oficina para descubrir el verdadero rostro de una sociedad. Basta pensar en los pupitrillos del miserable señor Scrooge, de Dickens, en esas imágenes sepia del siglo XIX, sueño de un anticuario, pero una pesadilla con tanta columna salomónica y sillón frailuno. O recordar los espacios de manguito y underwood donde se ganaba el pan el alter ego de Fernando Fernán Gómez o rumiaban atracos los infelices bancarios de Forqué. ¿Qué decir de la cruel oficina donde trataba de medrar Jack Lemmon!, en El apartamento, de Wilder, quien se volvería a burlar de ese ambiente en la desternillante Un, dos, tres, aunque esa vez con un maligno y alienado Sieg Hail que brotaba, espontáneo, en los empleados berlineses de Coca Cola.

Por eso, cuando cada dos años abre sus puertas en Madrid Ofitec (Salón Profesional de Equipamientos de Oficinas y Colectividades), se toma el pulso a los avances en diseño, materiales y tecnología, pero también a los enfoques y las aspiraciones sobre el trabajo y la productividad. La oferta de los 186 expositores presentes en Ifema desde mañana y hasta el viernes es este año espectacular, con especial atención a los aspectos ecológicos y ergonómicos, pero también de eficacia, apoyada en la simplicidad y en la calidez que debería anunciar un estilo de trabajo más humano, más creativo...

No es un asunto baladí: desarrollar la actividad laboral en un entorno saludable y confortable incrementa la motivación y eficacia de los empleados entre un 20 y un 25%, según un informe de Ofita, presente en el certamen. Por eso, a lo largo de esta semana, Ofitec ofrecerá, además de la oportunidad de conocer todas las novedades del sector, actividades paralelas de concienciación y formación.

El arquitecto y diseñador Pedro Feduchi es en esta edición el encargado de dirigir tales encuentros profesionales -Ofitec Meeting- y, entre otros, ha organizado una exposición con oficinas muy representativas de grandes compañías. Todo muy bonito, diría un escéptico, pero ¿cuánto hay de decorado y cuánto de sincero en estos ambientes informales y aparentemente amables? «Hay una realidad -asegura Feduchi-: se han producido mejoras cualitativas en el mobiliario de oficina, que tiene en cuenta la ergonomía y la calidad, con materiales cada vez mejores, pero también con el cuidado de otros aspectos, como la iluminación, la insonorización, la higiene...»

Según el prestigioso arquitecto, asistimos, además, a un cambio de mentalidad: «Antes sólo parecía posible que un bufete de abogados, un banco, una empresa importante lo demostrara con un estilo muy conservador... Ahora se ha empezado a aceptar que el lujo también está en un diseño moderno». Internet no es ajeno tampoco a esta evolución: «Accedemos más fácilmente al interior de las compañías, los empleados pueden ponerse en contacto, la imagen importa, así como la trasparencia. El lobby de una empresa debe ya inspirar confianza, claridad, energía...»

Ni jerarquía ni boato

No corren buenos tiempos, pues, para los fanáticos de las jerarquías y del boato porque, según Feduchi, «se imponen las áreas de trabajo abiertas y flexibles, adaptadas a diversas necesidades y se nota cada vez más una sensibilidad ecológica, una idea de sostenibilidad que no había antes. Ahora importan los materiales, importa que las fotocopiadoras no estén encendidas las 24 horas, los sistemas de iluminación que no despilfarren energía...».

Las nuevas oficinas pueden ser espectaculares, pero, ¿qué pasa con los edificios antiguos? «Si se refiere a edificios antiguos adaptados, hay muchos recursos para sacarles todo el partido... En cuanto a esos edificios de los 60 y los 70... algunos ganarían mucho con una restauración de fachadas y nuevos muebles: hay líneas muy interesantes y a muy buenos precios», concluye Feduchi. Son muchas sus ventajas, pero el ordenador también tiene inconvenientes. Algunos en forma de dolencias para quien lo maneja. El dolor de espalda es uno de los males más frecuentes, además de los problemas oculares, dolores de cabeza, brazos y cuello o estrés. Las que siguen son algunas recomendaciones para evitarlos en la medida de lo posible.

1.Permanecer sentado en movimiento activo. Para ello, el respaldo de la silla no debe ser excesivamente rígido; tiene que permitir cierta flexibilidad, moverse en pequeños ángulos sobra una posición fija. Evitar pasar más de cuatro horas diarias frente a un ordenador, ya que puede cansar la vista y provocar dolor, irritación, sequedad, escozor y visión borrosa.

2.En la medida de lo posible, optar por la luz natural, y combinar una general con otra dirigida al lugar de trabajo. La distancia visual óptima (desde la pantalla hasta los ojos) tiene que ser de 55 centímetros y la pantalla debe colocarse perpendicular a las ventanas, para evitar reflejos y deslumbramientos.

3. El confort dependerá de que se disponga de espacio para moverse. Por ello, se recomienda dejar como mínimo 1,5 metros libres detrás de la mesa. Las superficies de trabajo o tableros deberían variar en función de si su usuario recibe o no visitas o si utiliza el ordenador continuamente.