EL NUEVO COMANDANTE. Raúl Castro saluda a su llegada a la Asamblea. / EFE
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Raúl Castro hereda la presidencia de Cuba para garantizar la continuidad de la revolución

El nuevo líder dice ser consciente de que «Fidel es Fidel» y anuncia que las decisiones importantes deberán ser consultadas con el Comandante La reelección de cuatro de los cinco vicepresidentes confirma el inmovilismo

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Después de todo no hubo sorpresas. Raúl Castro fue elegido oficialmente nuevo presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros de Cuba en sustitución de su hermano Fidel, quien, a sus 81 años, hizo lo que pocos pensaban: renunciar a seguir al mando. Con poco margen de equivocación en las quinielas, a media mañana llegaba una señal del continuismo: se ratificaba por unanimidad al frente de la Asamblea Nacional a su presidente y vicepresidente, y después, por la tarde, a la mayor parte del Consejo de Estado.

En su primer discurso como presidente, el general Castro insistió en que es consciente de que «Fidel es Fidel» y que el Partido Comunista es el único digno de sustituir a su hermano y, además, propuso -y fue votado y aceptado por unaminidad- que las decisiones importantes sean consensuadas con el ex presidente. «Consultaré todo a Fidel». Para decirlo de manera sencilla: todo sigue igual.

La mayoría de los cubanos daban por sentado que la línea iba a ser la misma, aunque siguen confiando en cambios que hagan «más eficiente la gestión del Gobierno», como expresó Raúl, y que puedan sentir en su vida cotidiana.

El inmovilismo queda reflejado en los nombramientos de las cinco vicepresidencias, ratificando a 4 de ellos, todos veteranos dirigentes comunistas, algunos incluso viejos combatientes de los barbudos que protagonizaron los primeros pasos de la revolución en Sierra Maestra.

La inclusión de las generaciones intermedias y más jóvenes, con las que dijo contar Fidel Castro, no ha sido tan amplia como muchos habían previsto. Carlos Lage, de 56 años, para muchos analistas destinado a ocupar la primera vicepresidencia, fue reelecto vicepresidente. Para suceder a Raúl Castro en la línea continuista quedó otro de los veteranos de Sierra Maestra, José Ramón Machado Ventura. Otro vicepresidente que repite es Esteban Lazo, un hombre salido de las organizaciones de masa y del partido, que, además serviría para cubrir el cupo de dirigentes negros.

Cupo de color

Oficialmente el racismo está prohibido por la Constitución cubana, pero que en la práctica. y a pesar de que de los 614 diputados actuales, 395 son blancos y el resto negros y mestizos, es uno de los problemas que vive la isla.

Pasadas las tres de la tarde, los diputados avalaban también al unísono el proyecto previamente pactado para designar a la cabeza del Consejo de Estado al menor de los hermanos Castro, que, sin embargo, tampoco es ningún chiquillo y arrastra a sus espaldas 76 años, aunque sean aparentemente mejor llevados.

Desde que la enfermedad intestinal obligó al Comandante a delegar provisionalmente sus funciones, las especulaciones sobre el regreso o no del viejo dirigente comunista fueron imparables. Finalmente, no pudo volver, pero su hermano le sustituye en las riendas.

«Debate crítico»

En su discurso de aceptación del cargo, que clausuró el acto, el también -por ahora- ministro de las Fuerzas Armadas citó varias veces declaraciones de su hermano. Explicó que en su discurso del 26 de julio pidió que se hiciera un «debate crítico dentro del socialismo» y censuró a los que «hablan antes de informarse, coinciden con quienes reclaman derechos sin jamás mencionar deberes».

Más adelante indicó -dirigiéndose a los críticos- que en Cuba «no les negamos el derecho a expresarse siempre que sea en el marco de la ley». Pidió paciencia a aquellos que critican por «desespero», o «necesidad personal», o «provocado por falta de información».

No eludió los problemas que afligen a población. En este sentido aseguró que era consciente de que restablecer la economía requeriría «enormes esfuerzos», adelantó que la «prioridad del Gobierno será satisfacer las necesidades básicas de la población tanto materiales como espirituales, partiendo del fortalecimiento de su economía nacional y su base productiva», sin la cual sería imposible el desarrollo.

Citó que se incrementarán las producciones agropecuarias y se perfeccionará su comercialización, que se estudia la «progresiva, gradual y prudente revaluación del peso cubano» al tiempo que se profundizará en el analisis de la circulación de la doble moneda con un enfoque integral.

Asimismo, anunció la reestructuración de la Administración y anticipó que se pruducirá una reducción de los organismos del Estado.

Adelantó que en las próximas semanas comenzarán a regularizas y derogar algunas de las numerosas prohibiciones y regulaciones que han creado numerosas ilegalidades. Otras que requieran modificaciones legislativas nacionales o extranjeras -especialmente las relacionadas con el bloqueo-, llevarán más tiempo.