DIRECTO. Luz Casal en un momento de la actuación. / F. JIMÉNEZ
Cultura

Maravillosa Luz

Parecía que el Gran Teatro Falla se hubiese convertido en un café teatro de estilo francés en cuyo escenario actuaba una diva de los años cincuenta. Elegante y con una excelente voz, Luz Casal inauguró la temporada del centro escénico con un repertorio compuesto por canciones de su nuevo disco, Vida tóxica y otros grandes clásicos.

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Sonó el timbre para que la gente volviese a sus asientos, se apagaron las luces, subió el telón y allí apareció ella vestida con un frac, los ojos pintados de negro y con mucha fuerza. El escenario había cambiado y ahora asistíamos a un concierto en toda regla. Las guitarras pasaban a un primer plano y lo que antes era sosiego ahora era puro movimiento. Atrás quedó el cajón para dar paso a una batería. En esta ocasión, interpretó varios de los temas con más marcha de su último disco,Vida Tóxica, como la maravillosa Besos al aire. Recurrió a clásicos como A cada paso que doy, Rufino, que puso al público en pie, y Loca, que consiguió literalmente volver loco a un Falla con ganas de disfrutar de ella. Tras esta canción, salió del escenario y volvió con una peluca morena, para cantar Un pedazo de cielo y mover el pelo sin control durante la parte musical de la canción. Ya era demasiado, la gente no sabía cómo responder a una Luz tan entregada. Al terminar se despidió, escuchó los reclamos de rigor tras el escenario y volvió a salir con otro vestuario para interpretar una bella historia de amor, por título 18 años y continuar con «un tema escrito de una sumisa a un hombre que no se lo merecía» llamado Bajo tu abrazo que más de una debería escuchar. Se volvió a marchar pero salió de nuevo para interpretar acompañada por un piano la emocionante Lo eres todo. El público en pie, a gritos de guapa y bravo, aplaudiendo a rabiar. Sinceramente mereció mucho la pena. Gracias Luz.