OPINIÓN

Sobres y algodón

Uno de los asuntos que queda por resolver de la pasada reforma del mercado del vino es el funcionamiento de los sobres nacionales. Algunas comunidades autónomas han solicitado que sea distribuido entre las regiones y cada una se encargue de su gestión. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación no ha aceptado este planteamiento. El uso de estos fondos dependerá de la demanda que se genere, por lo que no tiene porque producirse un reparto equilibrado. Por una parte parece razonable, ya que prima la iniciativa y el dinamismo con independencia del territorio. Pero quizás una cierta delegación regional podría generar más eficacia en su aplicación. La distribución de fondos evitaría una politización en su reparto o, aunque ésta no se produzca, se evita la sospecha. No solo hay que ser la mujer del César, sino parecerlo. En el caso de la distribución se produce un debate político en la fase de reparto, pero luego, tal como ha sucedido con los fondos de desarrollo rural, cada uno a lo suyo y a utilizar lo que les corresponde de la mejor manera posible. ¿Qué puede pasar? Que una región no consiga gastar los fondos asignados. Para solventarlo se pueden articular procedimientos administrativos que permiten su redistribución.

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Entre tanto, el malherido sector del algodón continúa peleando por conseguir mantenerse vivo. Para ello defienden dos premisas. La apuesta por la calidad y el desacoplamiento total de las ayudas. Según UPA y Asaja, el desacoplamiento parcial vigente en la actualidad favorece la pérdida de recursos económicos provenientes de Bruselas. Lo contrario opina la Plataforma del Algodón, que defiende la postura de Bruselas y Grecia. El hecho es que en la provincia de Cádiz, tras la última reforma, ha desaparecido más del 15 por ciento de la superficie cultivada, frente al 26 por ciento de pérdida de cultivo en toda España. Una bajada todavía más importante se ha notado en la productividad, que ha caído casi el 60 por ciento en los últimos dos años. El peor indicador: los campos no cosechados.

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