Sociedad

Hannibal Laguna cierra Cibeles

El diseñador venezolano derrocha un lujo en sus vestidos de noche que contrasta con el bajo tono de la última jornada de la moda madrileña

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Hannibal Laguna arrasó en la anterior edición de la Pasarela Cibeles y volvió a arrancar los calurosos aplausos este viernes en el salón madrileño con sus lujosos vestidos de noche, propios de las fiestas hollywoodienses, con derroche de pedrería y brillos. El diseñador venezolano asentado en España aportó glamour, sin salirse de los cánones tradicionales, en la última jornada, un día de bajo tono que concentró también las apuestas de los jóvenes creadores, rompedores en algunos casos, pero de desigual fortuna.

Laguna no es un recién llegado. Sus propuestas de noche son exuberantes, propias de las estrellas, con abundancia de pedrería y cristal sostenidos sobre los tejidos, que adornan los diseños, lo mismo que el terciopelo y encaje para detalles. Hay vestidos vaporosos, con varias capas en gasas ligeras; otros más rígidos, de triple raso o tafetán metálico, y satén. Domina los pliegues, recogidos o drapeados para las prendas más armadas y los colores son luminosos sin estridencias, en granate, platino, beiges, además de unos elegantes estampados en blanco y negro.

La última jornada siempre combina a los creadores más asentados junto con los jóvenes. Los primeros dieron muestras de estar anclados en sus tendencias sin aportar destacada creatividad; y entre los segundos hay de todo, unos pisan fuerte, como las catalanas El Delgado Buil, y otros presentan diseños que no por estrambóticos representan un paso adelante en la costura.

Más de lo mismo

Sita Murt se mueve en el terreno más comercial. La pasarela se convierte en un paseo de lo que hay en su tienda, todo juvenil, sencillo y en línea con lo que en la calle se ha extendido en exceso: vestidos cortos y amplios, faldas abullonadas, chaquetas cortas con volumen El punto sigue siendo el fuerte de la diseñadora catalana, que exhibió blusas de punto fino y abrigos en lana gorda, ambos de un tono lila luminoso muy original.

La cordobesa Juana Martín entró fuerte en Cibeles con una colorista revisión de las batas de cola flamencas. Los gurus de la moda se echaron encima, reprochándole la vuelta al volante y olé, aunque cose bien. La calle la arropa y la crítica mira con recelo. Por eso, Martín lleva dos temporadas queriendo demostrar que su manera de entender la moda tiene más altura de miras y se ha anclado en el negro monocolor. Evita volantes y esta vez vuelve la vista a los años sesenta para inspirarse en André Courregès, el artista que cambió la moda, a la hora de presentar vestidos cortos con formas de trapecio y superposiciones geométricas, así como prendas en vinilo (plástico transparente) con adornos de plástico negro. Prendas acolchadas y lana con destellos metálicos completan su colección, que sólo en la noche sale del negro para incluir un rosa pastel.

Correcto pero sin arrebatar se mostró en su primer desfile en el salón madrileño del catalán Josep Abril con su colección íntegramente para hombres. Los pantalones, todos pitillo, contrastan con abrigos de paño o chaquetones más amplios, una sastrería de tonos apagados (gris, beige, negro), salvo toques en azul añil que el llama tuareg. Rompe la sobriedad estampando unos esqueletos de dragos en caminas y jerseys.

María Lafuente presentó una amplia colección un tanto deshilvanada, inconexa, en la que incluyó punto para cuerpos, faldas y vestidos en tono crudo, y estampados circulares o florales. Lafuente dice inspirarse en los insectos, lo mismo que la holandesa Anke Schlöder, que exhibió una amplia y colorista colección en punto de distintos grosores, pero al ver las colecciones de ambas no se entiende el sentido.

Iconoclastas

Macarena Ríos y Ana Figuera forman la firma El Delgado Buil, dos jóvenes catalanas cuyos dos desfiles en Cibeles han sido doblemente premiados. Titulan su colección Siameses por las dobles formas que tienen dibujos de los delanteros de vestidos y cuerpos, todos ellos amplios, con utilización abundante del cuero. Esta vez presentaron gabardinas y americanas que rompen su clasicismo al mezclarse con camisas en seda plastificada muy llamativas en colores (amarillo o naranja).

Asimismo, el joven dúo valenciano Luxoir utiliza el cuero, en tonos burdeos, para vestidos cortos con flecos de inspiración mexicana con un estilo poco definido. Y el bilbaíno Carlos Díez recrea Rayos y centellas en su colección. Los rayos se transforman en estampados con líneas fuertes y en los flecos de vestidos y chaquetas, para mujer y hombre.

La peletería de Miguel Marinero y Olga Ríos cerraron esta 47 edición. JOSEP ABRIL LUXOIR ANKE SCHOLER SITA MURT HANNIBAL