RESTAURADAS. 'La Virgen de la Faja', casi a punto, y la 'bañista' de Abarzuza, en proceso. / MIGUEL GÓMEZ
Cultura

'La Virgen de la Faja' volverá a exponerse este mes tras un año de restauración La semana sin lunes

La obra de la escuela de Murillo retornará al Museo después de su 'recuperación' 'La bañista' de Abarzuza también se ha beneficiado de un 'lifting' completo

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Después de más de un año lejos del alcance de los amantes de las Bellas Artes, La Virgen de la Faja de Alonso Miguel de Tovar (copia de un original de Murillo integrado en la colección de Margot y Albert Ernst en Saarbrücken, en Alemania), volverá a exponerse en el Museo Provincial antes de que termine febrero.

La obra ha sido sometida durante este periodo a un completo trabajo de limpieza y restauración que ha logrado que el barroco castizo y maduro de Tovar, cultivado bajo la influencia del arte cortesano del siglo XVII, luzca en toda su plenitud.

Pero no es la única obra interesante que está a punto de abandonar el laboratorio de la institución para retornar a su lugar en el espacio expositivo. Otras joya des los fondos de la pinacoteca (del que actualmente forman parte más de 4.000 piezas), le acompañará en su puesta de largo ante el público: La virgen con niño, de Domingo Martínez (siglo XVIII), y una de las bañistas de Abarzuza (Siglo XIX), también están recibiendo los últimos retoques antes de volver a mostrarse.

La bañista es una de las piezas más representativas de Felipe Abarzuza (1871-1948), discípulo de la Escuela de Bellas Artes, que renovó el ambiente artístico gaditano en la primera mitad del nuestro siglo. El pintor muestra en la obra restaurada «esos aires nuevos del luminismo e impresionismo español que tanto lo caracterizan». Abarzuza, que había entrado en Madrid en contacto con la pintura de Sorolla, muestra en La bañista las influencias que recibió, sobre todo en el uso espléndido de la luz y el color.

En las manos de José Miguel Sánchez Peña (restaurador del Museo desde hace 25 años), también se encuentra ahora el Misterio Doloroso de la Virgen del Rosario, obra fundamental de Francesco Galeano datada en siglo XVIII y que procede del Convento de Capuchinos. La talla de la Virgen y los cuatro grupos de piezas que la acompañan volverán a exponerse en el retablo original, en el que se disponen como si formaran parte de un cuadro.

«La que estaba más dañada, sin duda, era la Virgen de La Faja de Alonso Miguel de Tovar, que incluso había sufrido una desastrosa rotura cuyas graves consecuencias hemos podido corregir por completo gracias al refuerzo del lienzo que le hemos aplicado», explica Sánchez Peña.

Obras pendientes

Aunque el personal técnico del Museo aún estudia cuáles serán las próximas obras en pasar por el laboratorio del Museo, en función de su estado y disponibilidad, algunas de las piezas expuestas en la Catedral Vieja durante la exitosa muestra de la Imagen reflejada, perteneciente a Andalucía Barroca -como el Juicio Final de Pickenoy, o Jesucristo muerto en brazos de un ángel de Van Dyck- tienen bastantes posibilidades de ser las siguientes. dperez@lavozdigital.es Cada lunes, cuando el Museo de Cádiz cierra sus puertas, José Miguel Sánchez Peña, el restaurador de la casa desde hace un cuarto de siglo, recorre los pasillos quietos de las instalaciones para examinar las piezas. Las visitas guiadas, los curiosos, los turistas y los habituales de las salas dejan paso a este técnico minucioso que se encarga de evaluar el estado de cada obra, limpiarlas si fuera necesario y elevar al equipo de expertos que lidera el director del Museo las recomendaciones oportunas.

«Detrás de lo que el público ve hay un trabajo continuo y callado que realizan conservadores, restauradores y otros técnicos, y que es la clave para que podamos presumir de un fondo de más de 4.000 piezas en perfecto estado, que van pasando rotativamente por el laboratorio en función de las prioridades que establecemos», explica Juan Alonso de la Sierra, director del Museo.