El presidente de Italia, Giorgio Napolitano, durante el anuncio de la convocatoria de elecciones. /REUTERS
crisis gubernamental en italia

Napolitano disuelve las Cortes y convoca elecciones para el 13 y 14 de abril

El Gobierno de Prodi se convierte en la legislatura más breve de la historia de Italia, tras sólo 23 meses de duración

ROMA Actualizado: Guardar
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Italia celebrará elecciones anticipadas los próximos 13 y 14 de abril, según ha anunciado el Consejo de Ministros del dimisionario Gobierno de Romano Prodi, poco después de la disolución del Parlamento por parte del presidente de la República de Italia, Giorgio Napolitano.

La decisión de adelantar los comicios se produce tras el fracaso del presidente del Senado, Franco Marini, a quien Napolitano había encargado mantener conversaciones con las distintas fuerzas políticas para formar un gobierno de transición que pudiera modificar la polémica ley electoral. Pretendía resolver así la crisis de Gobierno abierta tras la caída de Romano Prodi, que tuvo que abandonar el Gobierno el pasado 24 de enero, después de que el Senado le retirase la confianza.

El primer ministro italiano en funciones, Romano Prodi, ha confirmado su decisión de no volver a presentarse como candidato en las próximas elecciones generales. "Espero que mi decisión contribuya a serenar los ánimos" y que ello sirva para "una campaña serena y pacífica", ha declarado el presidente dimisionario, quien, no obstante, continuará en el Partido Democrático y apoyará a su líder, el actual alcalde de Roma, Walter Veltroni.

Elecciones en abril

El Consejo de Ministros en funciones del Gobierno Prodi ha elegidofinalmente el 13 de abril como fecha para celebrar los comicios, fecha que se constituye con el último domingo antes del vencimiento de los 70 días previstos desde la disolución del Parlamento y es asímismo la fecha más cercana a las elecciones locales, en las que los ciudadanos también están llamados a elegir el gobierno de unos 500 municipios, trece provincias y tres regiones -Friuli, Valle d'Aosta y Sicilia-, y cuya fecha debería fijarse entre los próximos 15 de abril y 15 de junio.

Por este motivo, el ministro encargado de las relaciones con el Parlamento, Vannino Chiti, propuso adelantar los comicios locales y unirlos a los nacionales, con el objetivo de ahorrar dinero y energía, además de que pueda servir para reducir así la tasa de abstención.

Posibles alianzas

A pesar de que todavía no haya empezado oficialmente la campaña electoral, los distintos partidos llevan ya días e incluso semanas hablando de posibles alianzas de Gobierno. Entre todas, destaca la posición adoptada por el Partido Democrático (PD) que ha decidido presentarse solo a las elecciones, rompiendo con las estrategias de coalición típicas del sistema italiano.

De hecho, esta será la primera vez que el PD se presenta a las elecciones como tal. Su nacimiento se remonta a hace pocos meses, cuando las principales fuerzas políticas del centro-izquierda -Demócratas de Izquierda y La Margarit-- decidieron unirse en un solo partido.

El mismo líder del PD, Walter Veltroni, declaró poco antes de la caída del Gobierno que la intención del partido era presentarse solo en caso de elecciones, palabras que sentaron bastante mal entre sus aliados de coalición y que, según algunas interpretaciones, habría influido incluso en la misma caída del Gobierno Prodi, que cayó en desgracia después de que el pequeño partido de la Udeur decidiera dejar la coalición.

Los partidos del centro-derecha se unirán en la misma coalición bajo el liderazgo de Silvio Berlusconi, que lleva recordando la ventaja de que goza su coalición con respecto al PD desde antes la caída de Prodi, lo que se ha convertido, además, en su principal motivo para rechazar la reforma de la ley electoral antes de convocar elecciones anticipadas.

Sin embargo, a pesar de las posibilidades que tiene para ganar las elecciones, la coalición de centro-derecha correrá los mismos riesgos que han derivado en la caída de Prodi, debido a las características de la actual ley electoral, que permite la formación de Gobiernos inestables y fragmentados en lugar de favorecer la bipolaridad entre dos grandes partidos.